A los 16 años de edad, Carlos Andrés Bermúdez –hoy de 33– cometió su primer hurto luego de desertar del colegio con el afán de conseguir dinero de forma ‘fácil’; ya no recuerda cuantos perpetró pero sí cómo rápidamente se vio envuelto en riñas y el consumo de sustancias psicoactivas. Hoy gracias al acompañamiento del SENA y la Policía Nacional, forja su futuro lícitamente.
“No ha sido un proceso fácil, pero le doy gracias a Dios por esta oportunidad que tenemos de cambiar nuestra vida. Yo no había ni terminado el colegio por eso trabajaba en lo que salía, andaba en el rebusque, ahora con esta formación yo tengo sueños, herramientas para salir adelante” aseguró Bermúdez, quien se formó como Emprendedor en Cocina Típica Rural en el marco del programa de Jóvenes a lo Bien en el Atlántico.
Junto a él, 30 jóvenes más que hacían parte de una pandilla de Barranquilla recibieron por parte del SENA formación, asesoría en emprendimiento y la disposición de capital semilla representados en insumos para la creación de la unidad productiva La Bendición de Dios, a través de la que producen y comercializan alimentos.
“Mi vida antes del SENA no era nada; trabajaba del rebusque y los fines de semana me la pasaba bebiendo. Este es el primer logro de mi vida”.
Carlos Andrés recuerda que inició a consumir drogas con el propósito de adormecer el dolor que sentía a causa de la muerte de su hermano menor. Así fue como conoció a Elemir y Jaider quienes también hacían parte del parche que se reunía en el parque del barrio o en el ‘el hueco’, como era llamado un espacio ubicado debajo de un puente en el que se vendían y consumían sustancias sicoactivas.
“Mi vida antes del SENA no era nada; trabajaba del rebusque y los fines de semana me la pasaba bebiendo. Este es el primer logro de mi vida; hoy nos llevamos a casa la satisfacción de hacer algo bueno, productivo, útil, que la gente disfruta y nosotros también”, aseguró Jaider Gómez egresado e Cocina Típica Rural.
Para la creación de su unidad productiva, la Gobernación del Atlántico aportó 25 millones de pesos representados en maquinaria, equipos y utensilios de cocina.
Ludis Rodríguez, madre de otro de los egresados, Jaider Gómez, de 29 años, afirmó: “Yo me siento orgullosa; mi hijo y sus compañeros han cambiado bastante, están muy comprometidos, son organizados, están motivados y tienen muchas ganas de salir adelante”.
Solo en Atlántico, a través del programa Jóvenes a lo Bien, el SENA formó en 2014 a 655 personas de 12 municipios del departamento y se crearon 21 negocios en las áreas de panadería, gastronomía, confecciones, piscicultura, cría de cerdos y gallinas ponedoras, entre otros
“La idea es que a través de formación para el trabajo se construya tejido social en las comunidades más vulnerables. Con este programa, no sólo estamos promoviendo oportunidades laborales decentes sino rescatando e incluyendo a jóvenes en condición de vulnerabilidad o con problemas de delincuencia para que aprovechen sus talentos”, aseveró Jacqueline Rojas Solano, directora del SENA en Atlántico.
Este año, el programa impacta a los 23 municipios del departamento con una inversión por parte del SENA de 144 millones de pesos representados en materiales de formación y contratación del talento humano especializado para impartir formación.
“Gracias al SENA podemos desarrollar durante el proceso de formación, trabajo sicosocial; realizamos campañas para irlos alejando de actividades delictivas o perjudiciales para ellos y la comunidad. Con esto construimos convivencia ciudadana y promovemos seguridad; la idea es que estos muchachos sean útiles a la sociedad”, explicó el intendente Zoilo Asprilla Lara, coordinador del programa Jóvenes a lo Bien en el Área Metropolitana de Barranquilla.
El programa Jóvenes a lo Bien, coordinado desde 2009 por el SENA y la Policía Nacional, se desarrolla actualmente en 24 ciudades del país priorizadas por la estrategia nacional de seguridad y convivencia ciudadana con el fin de generar inclusión social a exmiembros de pandillas, grupos al margen de la ley y sus familias, además de personas vulnerables que habitan en comunidades propensas a fenómenos delictivos, brindándoles formación integral y herramientas para el mejoramiento socioeconómico.
Desde este año, la iniciativa que tiene cubrimiento urbano y rural, cuenta con la alianza de entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el Ministerio de Justicia y del Derecho y el Ministerio de Vivienda