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  • Bienestar

    Dulce independencia de una mujer decidida

    Manizales (Caldas)
    martes, 08 de marzo de 2016
    Historia de una emprendedora caldense y su empresa que, con el apoyo del SENA, se abre mercados. El SENA se une a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
    independencia de una mujer decidida
    La valiente Valentina en su puesto de trabajo, desde donde ha consolidado su empresa como una de las más importantes de la industria de alimentos en el Eje Cafetero.
    ​Un jarrón con flores y el cálido aroma del procesamiento de la guayaba están siempre presentes en la oficina de Valentina Giraldo Jaramillo, una mujer empresaria manizaleña que ante las dificultades para conseguir trabajo después de graduarse de la carrera de Economía, encontró en la producción y comercialización de dulces el camino para ser independiente y formar su propia compañía.

     “Cuando salí de la universidad me fui a estudiar inglés a Inglaterra y regresé en el 2000; vi que había un panorama bien difícil para conseguir trabajo. Por eso me empezó a sonar la oportunidad de montar mi propia empresa, pero también me resultó trabajo en una compañía donde estuve tres años como vendedora donde me di cuenta que lo que quería era ser independiente”, comentó Valentina, quien agregó que en ese periodo conoció mucho sobre el mercado de alimentos, lo que le ayudó a decidirse a arrancar de cero.

    Primero lo hizo en 2004 con un pequeño negocio de brevas caladas en panela que vendía a sus familiares y conocidos, pero en 2007 gracias a su empuje, disciplina y dedicación, se hizo con la marca de una tradicional empresa de bocadillos de Manizales, a la que decidió rescatar para cumplir su sueño.

    “Siempre fui consciente de que sólo con brevas no podía mantener la empresa ya que es un producto suntuario para la canasta familiar, entonces siempre quise ampliarme y casi no encuentro cómo hacerlo. Luego me contaron que Dulces Manizales estaba en problemas económicos y surgió la oportunidad de comprar la marca, y como se dice popularmente: levanté al muerto”, recordó Valentina, quien agregó que el ejemplo de sus padres que trabajaron por su propia cuenta, le hizo mantener siempre presente su deseo de tener su empresa.

    ​15 años después de regresar al país y ver pocas oportunidades para el empleo, Valentina ve en cada bocadillo y gelatina que salen empacados de su empresa, el dulce fruto de su trabajo.​


    EL TOQUE PERSONAL

    Un ejemplo de la disciplina que maneja esta emprendedora en su empresa es que cuando su madre viene a visitarla, siempre le recuerda que se tiene que poner el gorro y el delantal para ingresar a la planta de producción donde se elaboran el bocadillo, el dulce de guayaba y las gelatinas. Esta cualidad le ha permitido salir adelante sola en su aventura empresarial, con el apoyo de su esposo y su familia.

     “Es un proceso muy largo desarrollar. Para un producto con una maquinaria nueva y con la experiencia de algunos de los empleados nos demoramos un año para empezar a sacar bocadillo, ya que tocó hacer adecuaciones, conocer proveedores y volver a abrir clientes”, indicó Valentina, quien además aseguró que nunca se topó con muestras de machismo en el mundo de los negocios y que por el contrario, recibió mucho empuje de diferentes personas.

     “Muchos me expresaron su admiración al ser yo una persona con obligaciones familiares, pues tengo dos niños pequeños de cuatro y seis años. Cuando la niña tenía tres meses, yo arranqué con la empresa, entonces todo ha sido simultáneo”, añadió.
     
    NUEVOS MERCADOS

    Después de desarrollar el bocadillo empezaron a trabajar en diferentes presentaciones que Valentina distribuía en el carro de su casa, panorama que cambió al unirse con otra empresa de la ciudad.

    “Me acerqué a la Panadería La Victoria y ellos aceptaron distribuir mis productos y además me pidieron que si les podía maquilar las gelatinas, entonces arrancamos con ese otro producto y ya llevamos cuatro años con esta alianza”, manifestó la empresaria quien resaltó que llegan a supermercados y tiendas en Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca.

    Adicionalmente han obtenido contratos de alimentación con contratistas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

    Otras empresas han manifestado su interés en que les maquilen productos, un paso hacia la consolidación de la organización.​

    ​​La empresaria reconoce que uno de los secretos para salir adelante es no dejarse abrumar por las diferentes dificultades que se presentan a diario en cualquier negocio.

    “Hemos tratado de que nuestros productos sean naturales al 100 por ciento para garantizar la calidad del producto y para que los niños los consuman para su beneficio ya que el bocadillo es multivitamínico y la gelatina es una fuente de proteína. También hemos trabajado en la renovación de la imagen para mostrar que producimos dulces caseros y la gente recuerde los dulces de antaño de las abuelas”, anotó Valentina.

    Para asegurar un mejor proceso de crecimiento, Dulces Manizales buscó la asesoría del SENA en el Programa de Fortalecimiento Empresarial para Micro y Pequeñas Empresas (Pymes).

    “Cuando nos pusimos en contacto, yo tenía un plan estratégico prospectivo para trabajar en cuatro temas a cinco y diez años. Con la asesora hemos tratado de aterrizar las ideas en mercadeo, qué acciones necesitamos, conseguir un vendedor, etc. Y en lo financiero hemos analizado costos, márgenes y utilidades para llevar este conocimiento al día a día de la empresa”,expresó Giraldo Jaramillo.

    Esta empresaria reconoció que uno de los secretos para salir adelante es no dejarse abrumar por las diferentes dificultades que se presentan a diario en un negocio y no dudó en destacar el talento que las mujeres tienen para superar adversidades: “Tenemos los pies en la tierra, somos soñadoras pero vamos dando pasitos pensando en el presente, y además tenemos buen juicio para manejar los recursos y esa es la clave para que las empresas no se desangren económicamente”.

    Hoy, 15 años después de regresar al país y ver pocas oportunidades para el empleo, Valentina ve en cada bocadillo y gelatina que salen empacados de su empresa, el dulce fruto del trabajo apasionado que genera desarrollo y progreso para ella y sus empleados.​



    Paulo Tamayo Valenzuela / AGF
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