Las máquinas del laboratorio fueron donadas por el gobierno alemán a través de la Agencia Alemana para la Cooperación al Desarrollo (GIZ). Este espacio está conformado por tres escenarios: una sala de creación e innovación, un ambiente para el diseño de prototipos en 3D y la sala de transformación de materiales reciclados.
De esta manera, el SENA amplía la oportunidad de aprendizaje sobre economía circular, genera pruebas y valida innovaciones a partir del aprovechamiento de materiales por medio de tecnología especializada, todo con el apoyo de expertos.
El evento contó con la presencia de Sarah Hirsch, coordinadora del Proyecto Empleos Verdes en la Economía Circular (PREVEC) GIZ, quien manifestó: "Queremos mejorar las competencias de la población colombiana alrededor de la economía circular, identificando poblaciones como los recicladores, la empresa privada y sus necesidades, entre otros".
Además, mencionó que el SENA es un aliado ideal para GIZ porque tiene presencia en todo el país y es una entidad de todos los colombianos.
Las máquinas del laboratorio de economía circular fueron donadas por el gobierno alemán para beneficio de los aprendices.
El laboratorio está ubicado en el Centro de Gestión Industrial del SENA en Bogotá. Allí, varios aprendices reciben formación, crean prototipos con materiales reciclados y ciudadanos de varias regiones del país se certifican por competencias laborales.
Karina Lorena Cabezas Medina es aprendiz de la tecnología de Prevención y Control Ambiental del SENA. Fue una de las encargadas de recibir a la delegación alemana que hizo entrega formal del laboratorio.
"Para nosotros es importante porque aprendemos más desde la práctica que desde la teoría. Acá tenemos acercamiento a todos los procesos que inician desde el primer contacto con los recicladores, la recuperación de los materiales y así finalizar dándoles una nueva vida a los materiales que tenemos aquí", dijo Karina.
Aprendices de distintos niveles de formación adelantan procesos para darles una nueva oportunidad a residuos como el plástico y el papel.
El reto a través de este espacio es poder llegar a más ciudades con la transformación que implica la economía circular y conectar a diferentes centros del SENA del país.
El circuito de este laboratorio termina con las impresoras 3D en las que se crean nuevos productos como esculturas, figuras, cuadros, soportes para celulares, entre otros. Lo anterior es el resultado de trabajo conjunto entre el SENA, GIZ, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, entidades del Gobierno Nacional, distrital, empresas privadas y organizaciones de población recicladora.