"Diseño de Prototipos Confiteros" fue el nombre del bootcamp (programa corto e intensivo) en el que participaron 23 integrantes de la comunidad del SENA Caldas: durante cuatro días, 18 instructores y cinco aprendices pusieron a prueba sus conocimientos en igual número de dojos, denominados 'Dulces del Alma', 'Fábrica de Atardeceres', 'Dulce Barranquillo' y 'Dulce Nevado'.
"El dojo es un término japonés usado para referirse a un espacio donde se practican todas las habilidades y destrezas de una situación productiva y que se usa propiamente en nuestras escuelas de habilidades y destrezas", explicó Hernando Hernández Morales, quien hace parte de la Escuela Nacional de Instructores del SENA (ENI), en la especialidad de agroindustria, y quien lideró la transferencia de conocimiento.
Los participantes tuvieron la oportunidad de diseñar y realizar la producción de gomitas, caramelos tipo rocks, chupetas de caramelo duro frutal, coquillas de chocolate, crema de ron, barras energéticas, caramelo duro de leche, masmelos y caramelos masticables, entre otros.
Cristian Ocampo Trujillo, facilitador de la Tenocademia del SENA Caldas, e ingeniero de alimentos participante de la jornada académica, manifestó que este espacio fue muy atractivo para robustecer las capacidades en confitería y perfeccionar metodologías de enseñanza.
La estructura productiva del sector confitero se caracteriza por su capacidad innovadora en propuestas, presentaciones y sabores.
"A buena hora se dio este proceso, ya que en la región contamos con 'Súper', empresa que es pilar de la industria confitera del país, y con seguridad les podremos aportar desde los procesos formativos y de investigación", indicó Cristian. Según el DANE, la industria de chocolatería y confitería aportó 1,16 billones de pesos a la producción nacional, lo que representó el 2,95% del PIB de la Industria de Alimentos durante el 2022.