Alrededor de 3.000 aprendices de 140 centros de formación serán beneficiados este año por el proyecto de intercambio virtual internacional, una estrategia pedagógica que integra a aprendices SENA y estudiantes del anillo Asia – Pacífico, en su mayoría de Japón.

“Gracias a este proceso, nuestros jóvenes fortalecen habilidades de lectura y escritura en inglés a través de la comunicación asincrónica con habitantes de Japón. Se trata de una herramienta, establecida por la plataforma Moodle, que ayuda a los educadores a crear comunidades de aprendizaje en línea”, asegura el director Regional del SENA en Cundinamarca, Gustavo Adolfo Araque.

 

La estrategia les permite a los aprendices SENA publicar mensajes y repuestas de ida y vuelta con personas radicadas en el país asiático, sin distingo de clase, condición económica ni edad. El ejercicio, sin duda, facilita el dominio de una segunda lengua, para este caso, el inglés. 

“Ha sido un proceso muy interesante, porque los estudiantes pueden expandirse y comunicarse con otras culturas. Esto les da una posibilidad real de emplear el idioma inglés, en un espacio real, y eso les da más motivación”, expresa Eric Hagley, profesor asociado de lengua inglesa de Muroran Institute of Technology (Hokkaido – Japón). 

La meta es generar conciencia en torno a la importancia de este tipo de actividades que, además de fortalecer el bilingüismo, facilitan la interculturalidad gracias a la conexión que se da entre aprendices colombianos y estudiantes japoneses, quienes tienen la oportunidad de compartir experiencias, generar alternativas de progreso y trabajar en el logro de nuevos propósitos. 

“La iniciativa apunta a brindar espacios que permitan cerrar brechas interculturales entre naciones cuya lengua oficial no es el inglés”, explica Rubén Alberto Pulgarín, profesional en Bilingüismo de la Dirección de Formación Profesional del SENA. 

Sin duda, los aprendices SENA ganan en calidad, porque inmediatamente ponen en práctica sus conocimientos en inglés; y ganan en competitividad, porque al encontrar puntos comunes (no sólo sociales sino académicos), siembran una semilla de cooperación que comienza desde lo comunicativo. 

“La experiencia fue muy buena, muy chévere. Los talleres fueron muy novedosos, muy creativos. Tuvimos la oportunidad de comunicarnos con otras personas, de otros países. Aprendí a relacionarme, a socializar; conocí la cultura de allá. Las culturas son muy distintas, pero muy bonitas”, dice María Camila Revelo, aprendiz de Gestión de Talento Humano.

Para ella, como para la mayoría de sus compañeros e instructores, el enriquecimiento cultural ha permitido el acercamiento significativo entre individuos que buscan comprender costumbres, ideologías, perspectivas y experiencias. 

“Hemos notado que los tutores tienen la pasión necesaria para la transformación; la pasión por la enseñanza, por la formación de los aprendices. La mezcla perfecta se da cuando existe pasión entre los instructores e inversión en educación. Además, el SENA tiene un pilar relacionado con la paz, que va a ser un detonante para las cosas buenas que tienen que pasar en este país”, comenta Thom Rawson, profesor de Nagasaki International University (Nagasaki – Japón).

La estrategia ha sido desarrollada en 61 centros de formación y ha beneficiado a 1.405 jóvenes, y han participado 92 instructores. De estos aprendices, 205 pertenecen a cuatro centros de formación del SENA en Cundinamarca: Chía, Mosquera, Soacha y Villeta.

 

“Tenemos la necesidad de democratizar el inglés para nuestros formandos, no sólo en el departamento sino en todo el país. Chía, por ejemplo, es una zona eminentemente industrial y es un gran corredor turístico, por lo que el dominio del inglés es fundamental”, puntualiza Leonora Barragán, subdirectora del Centro de Desarrollo Agroempresarial del SENA, con sede en Chía.