Levantamiento de pesas, categoría 85 kilogramos. Ganarse la medalla no iba ser una tarea fácil para Juan, estudiante de Tecnología en Actividad Física de la entidad en que más confían los colombianos; un compañero de la selección Colombia y un ecuatoriano eran los oponentes a vencer; tres hombres de fuerza descomunal, listos para jugársela toda por el oro.
Antes de salir para Chile, Juan recibió la bendición de su mamá, Mayibis Morelos. “Yo estoy segura en Dios, tenga fe en mijo que usted va a ganar”, le dijo. De ahí en adelante se fue con la confianza necesaria para afrontar el reto de salir vencedor.
Y comenzó la competencia. En el ‘Arranque’ –modalidad en la que se eleva la barra con un movimiento ininterrumpido– Juan levantó 152 kilogramos, el compatriota 154 y el del vecino país 153. Todo se definiría en el‘Envión’ –modalidad en la que se interrumpe del movimiento cuando la barra está a la altura de los hombros–.
El compatriota levanta 187 kilos, el ecuatoriano 180 y Juan 189. En la segunda ronda suben las apuestas y el peso; el del vecino país falla, los dos colombianos también.
En las tribunas había miembros de la delegación colombiana; ellos fueron los encargados del apoyo moral, las barras, el ánimo y los aplausos
Última ronda, máxima tensión, concentración total, nervios de punta. Ecuador falla, uno de los nuestros levanta 193 y el otro,Juan Francisco Ruiz Morelos, 195 pesados kilogramos. Así es que se gana un oro en la décima versión de los Juegos Suramericanos.En las tribunas había miembros de la delegación colombiana; ellos fueron los encargados del apoyo moral, las barras, el ánimo y los aplausos.“Cuando gané la medalla sentí mucha alegría; los compañeros que estaban viendo la competencia se alegraron mucho, estaba muy contento e inmediatamente llamé a Colombia para contar la noticia”, manifestó aún emocionado el pesista antioqueño. Todo comenzó hace 27 años en Apartadó, un caluroso municipio ubicado en la subregión del Urabá en Antioquia; allí Juan y sus cuatro hermanos crecían en un hogar en donde vivían con lo justo, sin pasar necesidades, bajo el cuidado de sus padres.Caza talentos deportivos se dieron cuenta que tenía madera para el levantami ento de pesas, eso fue cuando tenía 14 años. Pronto hizo parte de la Selección Nacional, se radicó en Medellín hace 10 años y en la actualidad vive del deporte. Llegado el momento de decidir qué hacer con la vida, Juan escogió estudiar Tecnología en Actividad Física porque va acorde con su pasión por el deporte.“Yo lo obligué a estudiar porque él no va competir toda la vida. Conocer es más importante y espero que termine con esta tecnología y continúe con más estudios”, afirma sin titubeos Georgi Panchev, entrenador del medallista de oro, traído directamente desde Bulgaria.Escogió el SENA porque le brindaba –según el mismo deportista– buenas oportunidades para formarse; investigó y se dio cuenta que los instructores de la Institución tenían muy buen perfil. Actualmente hace las prácticas en la Liga Antioqueña de Levantamiento de Pesas.Alternar el estudio con las 4 horas de entrenamiento no fue tarea fácil: largas y duras jornadas de sacrificio, horas sin dormir y sacar fuerzas de donde no las había para cumplir con los retos de un deportista élite, así como con las prácticas propias de su formación académica, que obviamente significaban más carga física.
Académicamente va por buen camino, el plan es terminar la tecnología y seguir con la Licenciatura en Educación Física para convertirse en entrenador.
Juan David Castaño , instructor, se refiere a Juan como una persona “responsable, puntual, cumplidor del deber, comprometido con el entrenamiento y la formación. Así saliera a competir, siempre estuvo al tanto para no atrasarse, demostrando los valores que le ha inculcado el deporte”.
Hoy por hoy, Juan sabe cómo funciona su cuerpo; sabe por qué el profe Panchev le exprime hasta la última gota de su fuerza en las largas jornadas de entrenamiento; entiende que es un deportista alto rendimiento y que solo llegando al máximo podrá cosechar más triunfos en su carrera.
En su sus ojos hay orgullo y satisfacción; todo el esfuerzo, el sudor, las lesiones, el dolor y la constancia han rendido frutos en el deporte. Se avecinan más competencias del ciclo olímpico como los Juegos Panamericanos y los Mundiales.
Académicamente va por buen camino, el plan es terminar la tecnología y seguir con la Licenciatura en Educación Física para convertirse en entrenador; pero su sueño máximo es alcanzar el podio olímpico y darle una alegría grande al país.
El Centro de Servicios de Salud, de la Regional Antioquia del SENA, cuenta con la Tecnología de Actividad Física desde 2009; durante estos años se han graduado 302 aprendices.