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  • Inclusión Social

    “Aprovechen todas las oportunidades que les brinda la vida”

    Yopal
    jueves, 22 de mayo de 2014
    Es el sentir de Julio César Velazco, un joven de 20 años en situación de discapacidad, quien ha encontrado en el SENA una oportunidad para salir adelante. Crónica.
    Colombia ocupa el segundo lugar en Suramérica con personas en condición de discapacidad. El primer puesto le corresponde a Brasil con el 14,5 por ciento y el tercero a Costa Rica con el 5,4 por ciento de su población total.
    Es el sentir de Julio César Velazco, un joven de 20 años residente en la capital de Casanare, quien nos atiende frente al teclado alfanumérico de su computador, con la mirada un poco tímida y una sonrisa nerviosa, se muestra atento ante nuestra visita y dispuesto a contestar las  preguntas que le haremos.

    Pronto nos percatamos que Julio César es un personaje singular, en especial cuando lo vemos maniobrar su computador; hacerlo con destreza requiere disciplina y entrenamiento, en especial cuando se deben ejecutar de forma simultánea, acciones como  hablar por teléfono móvil o fijo,  accionar su reproductor de música, chatear con amigos, sin sumar acciones con otros periféricos. 

    Parece normal hacer estas acciones, sin embargo ¿qué pasaría si la  persona que lo realiza careciera de manos? Es el caso de este joven yopaleño, trabajador de la construcción, quien a los 17 años, mientras trabajaba limpiando un apartamento que había terminado de construir y trataba de mover un elemento metálico, rozó accidentalmente el cable de la electricidad y, como consecuencia, tuvieron que amputarle sus dos brazos.


    “Como a mí no me quitaron completamente los brazos, con el muñón derecho manejo muy bien el ‘mouse’ y también digito rápido, sin necesidad de prótesis”.​​​​​​


    “Fue muy duro para mí”, relata Julio César mientras su mirada se pierde en azul infinito del cielo casanareño, tratando de recordar  o quizá olvidar el trágico momento que vivió. “Como siempre ocurre en estos casos, la gente me alentaba con sus palabras de solidaridad, pero en realidad nadie sabe lo que se lleva por dentro”.

    Sus amigos y familiares le repetían que el incidente no era un obstáculo para que él siguiera adelante, aun así, se sentía defraudado y, cómo él mismo dice, golpeado por la vida.

    “En momentos en los que nos ocurre algo así de grave, se asimilan las cosas que pasan como una represalia de la providencia; se ve todo desde el punto de vista negativo y no se quiere volver a saber de nada de la vida”.

    De padres separados, Julio César vive con su mamá y uno de sus dos hermanos; actualmente trabaja en una institución prestadora de servicios de salud, donde maneja el archivo. 

    Un día la fortuna le hizo un llamado para que ingresara al SENA a recibir formación técnica en sistemas, lugar donde, a pesar de carecer de sus miembros superiores, se ha enfrentado a la tecnología del computador, sin permitir diferenciarse de los demás aprendices que se capacitan en el Centro Agroindustrial y Fortalecimiento Empresarial de Casanare.

    “Como a mí no me quitaron completamente los brazos, con el muñón derecho manejo muy bien el ‘mouse’ y también digito rápido, sin necesidad de prótesis; solamente las uso para manejar la moto en la que me transporto para todo lado”, afirma muy seguro de sí mismo, a lo que añade: “Es más, cuando hicimos la práctica de mantenimiento, yo pude desarrollarla completamente sin inconveniente”.

    Entre los proyectos que se ha trazado para su futuro, está estudiar medicina en una universidad del Estado, aunque esto lo encuentra muy difícil por la gran demanda que tiene esa carrera en esos establecimientos públicos de educación superior.

    “Me inclino por esa carrera porque cuando estuve hospitalizado entendí cuánto ayudan allí a la gente y cuánta gente, que esté dispuesta a auxiliar a los demás, se requiere. Después de lo que me pasó, considero que yo soy uno de ellos”, dice con una voz que refleja cierta nostalgia.

    “Cuando a uno le hace falta algo en la vida, sobre todo alguna parte del cuerpo y quiere obtener algo, le imprime mayor esfuerzo, pero cuando se tiene todo y lo logra fácilmente, pues a la gente le da pereza conseguir algo más”, dice Julio César a manera de lección para la vida.

    El SENA de Casanare creó este grupo de formación, Técnico en Sistemas, pensando exclusivamente en aquellos que presentan alguna condición de discapacidad; ellos ni se sienten discriminados por alguien, ni permiten dejarse acomplejar por su condición; por el contrario, cuando se les presenta alguna dificultad, se colaboran entre sí, con el fin de sacar adelante el proyecto que realizan.


    El SENA como entidad de formación incluyente, busca atender este año a 74 discapacitados que, según el DANE, corresponden al  departamento de Casanare.​​​​​​​


    “Tengo una amistad en especial, con Norberto, a quien considero mi ‘compinche’; es un muchacho que presenta una hemiparesia (disminución de la fuerza motora o parálisis parcial, que afecta un lado del cuerpo)  y con él nos ayudamos mucho desde el principio”, acota mientras sonríe.

    En el último censo realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, (DANE), en 2005, se estableció que de los más de 41 millones de habitantes que tiene Colombia, 2,6 millones son personas que presentan alguna discapacidad, es decir el 6,5 por ciento de la población.

    El SENA como entidad de formación incluyente, busca atender este año a 74 discapacitados que, según el DANE, corresponden al  departamento de Casanare, así como a 24.869 que actualmente habitan  el territorio nacional.

    Al final, sin dejar adivinar sus pensamientos y con el carácter fuerte que identifica a los llaneros, Julio César Velazco nos despide con algunas de sus lecciones, mientras fija una mirada que traspasa al suelo y su cabeza afirma con el pausado movimiento de un sí silencioso.

    “Para quienes no viven una situación como la mía, les digo que se deben aprovechar todas las oportunidades que les brinda la vida, porque ellas se presentan una sola vez. Y así como una sola es la vida, hay que aprovechar cada momento, no solamente cuando se es joven, sino durante todo su recorrido”.​

    JGM/jrg/agf
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