Llueva, truene o relampaguee, Julián Alvarado Cárdenas se levanta todos los días en la madrugada en su casa del municipio de Cajicá –al norte de Bogotá–para ir a su trabajo en la capital del país. Toma el primer bus rumbo a la ciudad a las 5:00 a.m. Luego de una hora de recorrido, los primeros rayos de sol del día lo saludan en la localidad de Usaquén, donde se encuentra su herramienta de trabajo.
Luego de presentarse con sus coordinadores, toma la planilla, recibe la ruta, reconoce el trayecto y hace la rutinaria inspección mecánica; una vez abrochado el cinturón, enciende motores y comienza el recorrido de la ruta 341. Julián es uno de los conductores del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá (SITP).
En el Barrio Estrellita Norte, se sube el primer puñado de usuarios en medio del frio de la mañana bogotana acomodándose en las sillas del bus Blue Bird. Recorren la carrera séptima y toman la calle 170. Dos paraderos más adelante, recoge estudiantes de colegio, empleados, ejecutivos y enfermeras; El espacio del bus se reduce y la primera hora pico del día se aproxima.
"Ahora me siento importante, útil y con proyección; esta es la ruta para alcanzar mis sueños".
Julián aprendió a valerse por sí mismo desde muy joven. Comenzó a trabajar a los 15 años, como auxiliar en el zoológico Santacruz, en su natal Mesitas (Cundinamarca), donde alimentó por dos años a antílopes, dantas y venados para pagar sus estudios básicos.
Luego de prestar y ya con su primera hija su servicio militar trabajó como albañil, celador, pizzero y administrador de finca, trabajos con los cuales no lograba traer sustento estable a su hogar.
Estuvo seis meses cesante hasta que Karen Tatiana, su esposa, aprendiz del programa Técnico de Gestión Humana en el Centro de Desarrollo Agroempresarial, de Chía (Cundinamarca), le informó sobre la convocatoria de la Agencia Pública de Empleo del SENA y Consorcio Express.
A sus 29 años, Julián ya ha recorrido más de la mitad de la ciudad. Gracias a la Alianza para el Trabajo entre el SENA y los operadores del SITP, hoy puede sacar adelante a sus dos hijas, una de ellas con tan solo dos meses de nacida, adelante.
"Ahora me siento importante, útil y con proyección; esta es la ruta para alcanzar mis sueños", manifiesta.
El automotor se detiene en el paradero 23, ubicado en la Avenida NQS, para tomar la calle 80; mientras tanto los pasajeros suben y bajan, Julián asegura que puede transportar alrededor de 180 personas en un trayecto de 3 horas y media, haciendo dos o tres viajes por día.
"Después de mi familia, este trabajo ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida. Me ha subido el autoestima, por eso yo invito a las personas que tiene esta oportunidad a que la aprovechen", asegura.
Julián cree con firmeza que sus oportunidades apenas comienzan. "Ahora quiero terminar mis estudios de bachillerato y deseo formarme en el SENA. Esto me permitirá seguir consiguiendo más oportunidades, para ascender y poder ofrecer mejores ingresos para mi familia", dice.
Han sido más de 300 los postulados de municipios como Cajicá, Soacha, Chía, Cogua, Cota, Guasca, Mosquera, Tocancipá y Zipaquirá, quienes ahora prestan sus servicios con Consorcio Express, una de las empresas encargadas de la operaciones del nuevo sistema de transporte masivo en Bogotá.