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  • Inclusión Social

    “El SENA vio mis capacidades, no mi edad”

    Tena (Cundinamarca)
    domingo, 16 de noviembre de 2014
    Esta es la historia de Blanca Belén Pinto, de 60 años y víctima del conflicto armado, quien hace parte de un grupo de adultos de Articulación con la Media radicados en Tena (Cundinamarca).
    Blanca es admirada por la comunidad porque a pesar de su experiencia como víctima del conflicto armado, retomó sus estudios secundarios y se forma como Técnico de Sistemas.​

    ​Blanca Belén Pinto hace memoria tres años atrás. Recuerda aquel sábado en que Patricia Rodríguez, su hija mayor, la tomó de la mano y la llevó a la Institución Departamental Vetulia, en Tena (Cundinamarca), para empezar su primer día de clases como estudiante de secundaria con otras 19 personas.

     

    "Me dio miedo, ya había dejado la escuela hacía 40 años. Aunque lo anhelaba, el primer día yo no quería ir al colegio y mi hija me llevó; cómo son las cosas de la vida, ahora los papeles se invertían", narra Blanca, entre risas.

     

    A puertas de empezar la sexta década de su vida –edad que no aparenta, pues parece menor–, para ella, la idea de retomar la vida escolar era 'una locura'. Solamente había logrado terminar la Educación Primaria en su natal Planadas (Tolima), pueblo en de donde la violencia la obligó hace 15 años a buscar un nuevo rumbo.

     

    Una noche, muy cerca de su antigua residencia, hubo un enfrentamiento entra la fuerza pública y un grupo insurgente, lo cual obligó a que los habitantes, presas del miedo a morir, huyeran a tempranas horas en búsqueda de un lugar seguro.

     

    ​​​​Son 20 estudiantes que reciben formación de Técnico en Sistemas, todos los domingos en la Institución Departamental Vetulia.

     

    "Cuando salimos, aún se podían contar los casquillos en el suelo. Fue la peor noche de mi vida, no quiero volver a repetir algo así. Ahora vivo con tranquilidad y paz, volviendo a comenzar de cero", afirma sin disimular el asombro en sus ojos de color aceituna.

     

    Blanca decidió ir junto con sus cuatro hijos a Tena, un apacible y pequeño pueblo de nueve mil habitantes, ubicado en la provincia del Tequendama, a dos horas y media de Bogotá. Desde entonces, y hasta la fecha, se ha desempeñado como empleada doméstica en diferentes fincas de recreo en la zona.

     

    Con el paso de los años, al ver que sus hijos mayores crecieron y salieron a buscar caminos propios, decidió usar el tiempo libre para retomar sus sueños y reponerse de las circunstancias adversas que la vida le ha puesto en frente. Ser bachiller ha sido el primero de sus pasos adelante.

     

    Son 20 estudiantes, con rangos disímiles de edad –de los 18 años del más joven hasta los 60 de Blanca-, ocupan sus sábados cursando sus estudios secundarios.  Y desde hace un año, forman parte del SENA a través del programa Articulación con la Media, recibiendo formación de Técnico en Sistemas que adelantan los domingos en la sede del colegio.

     

    "He adquirido muchos conocimientos, aunque sé que me falta, el proceso ha sido importante para mí. El SENA vio mis capacidades no mi edad, me ha permitido confiar en mi y ahora soy un ejemplo para mis compañeros, mucho más jóvenes que yo", agrega Blanca.

     

    Según sus compañeros, ella es la más emprendedora, alegre y entusiasta del grupo. Su liderazgo es conocido de vieja data por la población, pues hace algún tiempo hizo parte de la Junta de Acción Comunal en su barrio y estuvo vinculada a grupos de atención a la discapacidad, motivada por la invalidez de su fallecido padre.

     

    ​​​​Según sus compañeros, ella es la más emprendedora, alegre y entusiasta del grupo. Su liderazgo es conocido de vieja data por la población.

     

    "Es la monitora del curso, nos aconseja como una mamá. Casi todos somos jóvenes y ella es la que tiene más energía, la que más pregunta y en algunos casos es la más adelantada de la clase", asegura Jessica Martínez, compañera de estudio.

     

    Una vez obtenga el grado de bachiller y técnico, el siguiente paso en mente para Blanca es dedicarse a nuevos oficios laborales y continuar su formación. "Me gusta mucho la enfermería, me gustaría aprenderla en el SENA. Amo al SENA y quisiera continuar vinculada. Ahora, si no es posible, que sea algo más avanzado en computadores, para poder trabajar en una oficina, en una empresa grande, sin que miren mis años sino mi talento", manifiesta Blanca.

     

    El programa de Articulación con la Media del SENA tiene cada día, una mayor presencia en los colegios de Colombia, formando a más de 359.659 aprendices de 3.250 instituciones educativas en un total de 170 programas de formación, ubicados en 833 municipios de los 32 departamentos del país.

    YSP/JFM/LB/dbm
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