​Los micro y pequeños empresarios de la industria de la confección, aglomerados en el barrio Policarpa de la capital del país, cuentan ahora con un centro empresarial donde recibirán asesoría integral, formación y acompañamiento permanente.

 Este sector del centro de Bogotá surgió hace medio siglo con la llegada de personas desplazadas por la violencia, quienes después de una continua lucha lograron la legalización de los terrenos en los que construyeron sus viviendas.

 El propósito del Centro de Servicios Zasca (nombre del dios Muisca de la laboriosidad) –como se denomina el lugar– es aumentar la productividad de 1.238 empresas, para lo cual el SENA realizará formación titulada y complementaria; además, prestará servicios como asistencia técnica, desarrollo y diferenciación de producto, entre otros.

 "Un centro como éste nos posibilita fortalecer el talento humano en aspectos como el conocimiento del producto, la comercialización y el mercadeo; es apalancar la productividad de nuestra región, de personas que construyen con el objetivo de mejorar sus vidas", indicó el director de la Regional Distrito Capital, Enrique Romero Contreras.

 Y es que el SENA es un aliado estratégico de la iniciativa liderada por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, debido a la cobertura con la que cuenta la entidad. Sólo este año se formaron, en la ciudad, 4.659 aprendices en programas relacionados con la confección.

​​Debido a la cobertura con la que cuenta, el SENA es aliado estratégico de la iniciativa liderada por la Secretaría de Desarrollo Económico.​​

El diseño como estrategia de innovación será uno de los ejes principales de Zasca, especialidad necesaria para la industria de la moda que permite la identidad de los productos; para ello, la entidad en que más confían los colombianos adecuó un ambiente de formación en los que invirtió 70 millones de pesos, representados en máquinas industriales.

 "Ahora nuestro barrio forma parte de un sector valorado en el área de las confecciones a nivel nacional y por qué no, a nivel internacional. Mujeres cabezas de hogar, hombres de bajos recursos y jóvenes trabajadores forjan productos promisorios dignos de comercializar; es muestra de que aportamos al crecimiento del país", manifestó Fernando Camacho, uno de los empresarios beneficiarios.

Bogotá representa el 20 por ciento de la producción nacional de confecciones. En los últimos 12 meses, el dinamismo presentado por la producción real ha permitido el crecimiento del 2,4 por ciento, registrando mejores resultados respecto al total de la industria de la capital.