Menier, un joven respetuoso, aplicado, moreno y de cuerpo atlético, encontró en el SENA un aliado que le permitió fortalecerse como un llanero echao pa' lante, capaz de superar cualquier obstáculo y de ser ejemplo en liderazgo.

Su nombre completo es Meiner Marulanda Barrera, nació en Aguazul, el municipio arrocero de Casanare. Estudia la Tecnología en Gestión del Talento Humano en el Centro Agroindustrial y Fortalecimiento Empresarial de la entidad en el Departamento, donde ahora dice tener a gran parte de su familia.

“Decidí estudiar en el SENA porque siempre supe que era la mejor puerta al mercado laboral; por ello el primer día que vine a estudiar sentí que el corazón no me cabía en el pecho, y no podía parar de presumir con mi ingreso a la entidad”, recordó.

De su infancia cuenta que a temprana tuvo que despedir a su padre, pues se lo arrebató un grupo armado al margen de la ley, y que por la violencia tampoco le fue posible crecer a lado de su madre, ella fue víctima del desplazamiento forzado. Se formó al lado de sus abuelitos.

“Hoy vivo en Yopal. Solo, pago arriendo; aquí también ha sido importante el SENA, pues soy beneficiario de los apoyos de sostenimiento y estos recursos han sido una bendición porque me ayudan a solventar las necesidades básicas” aseguró.

Dice que estudiar en el SENA es la mejor experiencia que puede tener un colombiano, que durante su formación aprendió a ver la vida con un destino seguro. “Aquí me han brindado la mejor oportunidad de la vida; no solo he aprendido de procesos y procedimientos, también he aprendido a ser persona, a valorarme y a valorar cada cosa que tengo”.

“Para la Regional es un orgullo contar con aprendices como Meiner, es un líder, fue elegido representante de su titulada, tiene el respaldo de sus compañeros,  y es ejemplo de compromiso y sentido de pertenencia”, destacó la directora del SENA en Casanare, Johana Astrid Medina Peña. 

Agregó que bajo el liderazgo de este joven, su grupo de formación adecuó las materas de la fachada de la sede de la entidad en Yopal, implementando un sistema de riego, actividad que fue resaltada como un ejemplo de servicio e innovación. 

La vida de Meiner no ha sido fácil, por eso habla con orgullo de su transformación gracias a la entidad más querida por todos los colombianos.

“Yo no tenía muchas aspiraciones, sentía odio y venganza en mi corazón; cuando enterré a mi padre dejé de interesarme por salir adelante, intenté suicidarme, pero desde que ingresé al SENA siento que soy una persona importante, descubrí que soy un gran líder y que puedo aportarle a esta sociedad”, comentó.

Este joven de 22 años afirma que gracias a las competencias que ahora tiene para desempeñarse eficientemente en el mercado laboral, “estoy en capacidad de aportarle a mi país y fortalecer el camino  hacia la paz”.

Agregó que además de haber crecido intelectualmente y como persona, ahora ha mejorado sus ingresos económicos, tiene sueños, quiere seguir construyendo país, tener siempre la oportunidad de reforzar su conocimiento y ser un excelente profesional.

“Lo mejor de todo ha sido formarme como líder y darme cuenta de que el SENA es la columna vertebral de este país, donde nos formamos como mejores seres humanos  y como la mejor fuerza laboral”, complementó.

Este joven gimnasta señala que en la Institución no solo encontró formación integral de calidad, sino que también ha podido participar en eventos deportivos locales y zonales, y en el Concurso Nacional de Escritura, donde con una historia criollita de superación logró quedarse con el séptimo lugar entre representantes de todo el país.

“El concurso fue una experiencia muy enriquecedora, aprendí demasiado, vi como un país entero se puede sentar a dialogar y escribir sobre la paz”, recordó este aprendiz que disfruta leer sobre la historia de Colombia.

Concluye que el SENA le ayudó a descubrirse como líder y a desarrollar sus capacidades, y resalta la importancia de participar en los talleres de liderazgo y convivencias que la Entidad integra a la formación.​