Dos grandes convenios empresariales, uno con Italia y otro Estados Unidos son –entre otros– grandes logros de Eliseo Ortega ANgulo durante sus largos y provechosos 27 años en la empresa colombiana Superbrix, líder en exportación de maquinaria para la agroindustria de la molinería, y los procesos industriales de granos y cereales.
Este egresado SENA del programa Técnico en Mantenimiento de Maquinaria Industrial es el gerente general de esta organización ubicada en la zona franca de Barranquilla y que durante el año anterior obtuvo un crecimiento productivo del 70 por ciento.
La clave de todo, según este hombre de 50 años, es la internacionalización: “Nuestro rendimiento es altísimo, pese a la desindustrialización por la que atraviesa el país. Quizás si solo hubiésemos mirado en la parte local o nacional, no tendríamos estas cifras positivas.
Esta empresa es –además– la única en el mundo con un sistema especial que produce una mayor capacidad del producto con menos espacio.
Las nuevas tendencias tecnológicas han permitido abrirse puertas de negocios con más de 41 países, entre los que se destacan Finalandia, Italila, España, México y Estados Unidos.
“Todo se traduce en el arduo trabajo durante varios años. Los valores que recibí de mi padre y la formación adquirida en como técnico del SENA”.
El padre de Eliseo, Rodolfo, pensionado del SENA y quien trabajó como instructor en el área de Ética y Valores y formador de instructores, lo llevaba a las instalaciones de la entidad más querida por los colombianos desde que era un niño.
Luego de terminar el bachillerato, la situación económica en su casa no era la mejor y –siendo el mayor de cinco hermanos– se sentía con la obligación moral de colaborar con los gastos de su hogar.
“Nunca lo obligué a nada que él no quisiera, pero sí le fui aconsejando poco a poco que entrara al SENA y estudiara una carrera técnica; así podía conseguir un trabajo y salir adelante”, dice su padre, quien estuvo vinculado a la institución durante 20 años.
Y es que para Eliseo el hecho de terminar una carrera técnica le sirvió para fortalecerse laboralmente. Las enseñanzas recibidas en tratamientos térmicos, medición, soldadura y ensayo de materiales, le ayudaron a su crecimiento profesional como ingeniero mecánico y tiempo después en su trabajo.
“Además de estar cerca de toda la maquinaria, que era mi gran sueño, siempre me llamó la atención la rigurosidad impartida por los instructores alemanes que hacían parte de los convenios de cooperación internacional con el país teutón. Gracias a eso forjé mi disciplina como profesional”, reconoce Eliseo.
En Superbirx empezó como auxiliar del Departamento de Calidad, cuya responsabilidad era velar porque los productos de la compañía fueran entregados en las mejores condiciones.
Víctor Vergara, su primer jefe, lo recuerda como un muchacho disciplinado y con calidad humana: “Eliseo fue mi asistente cuando yo dirigía la división de ingeniería y años más tarde pasó a ocupar mi puesto, hecho que me agradó muchísimo”.
Posteriormente Eliseo ocupó cargos gerenciales en Producción, la Unidad Estratégica de Negocios y el Área de Fraccionamiento de Cereales y Etanol. En la parte comercial se destacó en el Departamento de Mercado de Centroamérica y México. Su gran salto lo dio cuando fue nombrado vicepresidente técnico de Industria e Innovación.
“Todo se traduce en el arduo trabajo durante varios años. Los valores que recibí de mi padre y la formación adquirida en como técnico”, recalca Eliseo, quien además hace parte del Comité Técnico Asesor del Centro Nacional Colombo Alemán, de la Regional Atlántico del SENA, desde su fundación en 1994.
HOMBRE DE HOGAR Y FE
Su familia está conformada por su esposa Vera López y tres hijos: Eliseo –como él–, Daniel y Camilo. Un nuevo integrante llegó al seno familiar recientemente, su nieto Salomón.
“Ese niño me ha cambiado la vida y nos tiene a todos contentos”, exclama con una sonrisa, evocando los momentos felices al lado de los suyos.
La unión familiar y la fe en Dios fueron determinantes en los momentos trágicos de su vida; justo cuando llevaba tres años trabajando en la empresa que lo vio crecer como profesional sufrió una infección cardíaca y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de inmediato.
En Superbirx empezó como auxiliar del Departamento de Calidad, cuya responsabilidad era velar porque los productos de la compañía fueran entregados en las mejores condiciones.
“El dictamen de los doctores no era alentador, tenían que realizarme una operación de corazón abierto para poder salvarme la vida. Duré 72 días incapacitado, recuperándome, y en todo ese tiempo mi familia estuvo a mi lado. Después de esa situación me aferré más a Dios y le agradezco cada día por permitirme gozar un día más de vida”, cuenta Eliseo con voz entrecortada, con la sensación de haber superado esa prueba.
Ahora solo espera seguir cosechando triunfos y creciendo en Superbrix, con la convicción de siempre innovar para afrontar los nuevos retos que se presenten en el mercado laboral.
Logros como el diseño de una novedosa separadora de arroz, que además proporciona otros derivados, omo el trigo, la cebada y la semilla de girasol en un nivel de óptimo de productividad, llenan de orgullo a Eliseo y demuestra que el nivel de los técnicos y tecnólogos del SENA son determinantes en las industrias colombianas.