​Con 22 años realizando trabajos de minería y un poco más de ocho vinculado a la empresa La Vega Gold, Jairo de Jesús Restrepo se ha convertido en un referente para sus compañeros de trabajo debido a la trayectoria que tiene en esta labor.

Todos los días recorre diez minutos desde el parque principal de Segovia (Antioquia) –municipio vecino de Remedios– hasta el corregimiento La Cruzada, en donde lo esperan otros 15 minutos de camino por una vía destapada; allí se va adentrando en montañas ricas en oro, su lugar de trabajo, su sustento de vida.

Jairo de Jesús es uno de los trabajadores más antiguos de esta empresa minera y ha estado presente en todo el proceso de formalización que ha vivido. Y es que la mayoría de minas de la zona, han realizado la actividad de manera informal pese a contar con el título y la licencia ambiental.

Formalizarse implica  la capacitación de trabajadores, empresarios y estar sujetos a las normas del Estado, entre otros requisitos.  Es por esto, que Jairo es un fiel ejemplo del proceso que su empresa adelanta de la mano del SENA en cuanto a la formación de los mineros.

Como él, 89 compañeros más se forman desde el año anterior en programas complementarios como: Legislación Minero Ambiental, Mantenimiento y Prueba de Motores Eléctricos y Fundamentos en Unidades de Producción Minera.

"Cuando llegué aquí, ya tenía unos 22 metros la bocamina pero eran muy malas las condiciones de trabajo para los mineros. Luego de una ardua labor pudimos llegar a la veta, que es donde está el oro, para comenzar con la explotación. Ahora ocho años después, estamos más motivados porque tenemos mejores garantías laborales", contó Jairo.

Como los trabajadores de La Vega Gold, 48 mineros de Segovia también han iniciado esta capacitación con el SENA, un proceso que hace parte del plan piloto Formación para la Formalización Minera, que adelanta la Entidad, la Secretaría de Minas de Antioquia y el Ministerio de Minas.

Hoy Jairo de Jesús está en la mina, pero no realiza labores de extracción del mineral; gracias a su compromiso ya ocupa un cargo de  seguridad y veeduría, acompaña el material hacia la trituradora desde la que sale el oro, maneja el almacén y está pendiente del compresor de aire de la mina.

Sin embargo, con su arraigo paisa  al hablar, refleja lo que piensa de  volver a los socavones si le tocara hacerlo de nuevo: "amo esta profesión desde la niñez y si lo tengo que volver a hacer lo haría con pasión, no tengo problemas con eso, porque esto ha hecho parte de mi vida".

Su apariencia de hombre rudo –por su contextura gruesa– no es esconde su nobleza y madurez que hacen gala de sus 52 años de vida.

La formación que reciben los mineros es brindada por el Centro Minero Ambiental del Bajo Cauca –primero del país especializado en minería de oro–, que tiene nueve meses de funcionamiento en la zona.

Juan Felipe Rendón, director regional del SENA, asevero qué "los beneficios de brindar esta formación para la formalización es que los trabajadores de estos municipios tengan todas las prestaciones sociales, que la empresa tenga responsabilidad social con las comunidades, que se minimicen los riesgos de seguridad y que se reduzcan  los índices de contaminación ambiental".

Gran parte de la familia de Jairo de Jesús, en especial sus hermanos hombres tienen relación con la minería, debido a que en el Nordeste antioqueño, región donde viven, este oficio se convirtió en la principal fuente de divisas; Remedios y Segovia, por ejemplo,  son unos de los municipios que más oro exporta en el departamento.

Sobre su vida, Jairo describió: "Estoy casado y tengo tres hijos, de estos dos son mujeres y el hombre  que es el mayor, también  decidió dedicarse a la minería. Yo hubiese querido que el estudiara y  fuera profesional, sin embargo se inclinó por esta actividad. Este oficio tiene sus contras y consecuencias, pero si se trabaja técnicamente como lo queremos hacer, voy a estar más tranquilo con la labor de mi hijo".

Como la familia de este minero, otras 88 dependen del trabajo en la empresa La Vega Gold, beneficiando alrededor de 445 personas, si se tiene en cuenta que en el promedio poblacional de la región, cada núcleo está conformado por cinco personas.

"Para buscar el beneficio de estas personas, formamos y capacitamos para el trabajo a nuestros mineros de la mano del SENA, lo que hace posible que la minería deje a un lado la cultura de trabajar artesanalmente y haga una migración empresarial, para trabajar técnicamente, planificando, ordenando y organizando", dijo Edison Monsalve, subgerente de operaciones mineras de la sociedad minera Tierra Adentro, operador de La Vega Gold.​

Por décadas, en esta zona de Antioquia, la minería ha sido informal, siendo un peligro para los trabajadores, las comunidades y el medio ambiente.

De allí que el SENA trabaje en cinco líneas de formación para la formalización: administración y legislatura, ambiental, seguridad, salud ocupacional y responsabilidad social.

"La minería en esta zona es un legado, significa mucho para la economía de todos nosotros, pero tenemos que hacerla al pie de la letra, por eso tener la formación es una bendición, porque es necesaria para todos", concluyó Jairo, a quien en su rostro se le refleja la satisfacción de recibir la capacitación luego de más de 30 años sin estudiar, tras terminar el colegio.

El nuevo paso a seguir, y que dará el SENA acompañado de las entidades gubernamentales que atienden el sector minero, es el de la reconversión laboral para 'barequeros' y 'chatarreros', quienes también viven de la explotación del mineral. Se espera capacitar a 1.300 personas para que dignifiquen su labor.​