Las nuevas tecnologías han llevado a instructores como Miguel Ángel Medina Herrera a capacitarse en el uso de las herramientas informáticas con el fin de transferir sus conocimientos a más personas.
Explorar nuevas técnicas de aprendizaje, como la formación virtual, permite impactar a diferentes comunidades sin importar lo aparatadas que estas puedan estar. Miguel Ángel compartió su experiencia recogida por cerca de 12 años y destacó lo que estas herramientas significan para la educación moderna.
Nací en la vereda La Cejita del municipio de Santa Rosa de Osos (Antioquia) el 1° de mayo de 1972 en un hogar de 11 hermanos. Siempre me gustó el deporte especialmente montar en bicicleta, pasión que alternaba con la lectura y la radio, pues desde muy niño pasaba horas enteras escuchando esta última en onda corta, a tal punto que me volví coleccionista de estos aparatos
Aprendices que recibieron formación virtual ayudaron con sus proyectos a integrantes de grupos armados de autodefensas que tenían influencia en la zona.
En mi juventud, luego de cursar estudios de formación básica y media técnica en el municipio de Donmatías, tuve la oportunidad de culminar en Medellín el programa de Administración de Empresas en la Universidad de Antioquia y posteriormente complementé mi formación con una especialización en Pedagogía de la Virtualidad, y luego con otra en Entornos Virtuales de Aprendizaje.
Mi primer contacto con la educación ocurrió el día 16 de junio de 2001 cuando fui invitado a participar en un proyecto educativo naciente: La Fundación Universitaria Católica del Norte fundada en Santa Rosa de Osos, por el entonces Monseñor Jairo Jaramillo.
Luego de un período de capacitación para la virtualidad y el uso de las tecnologías en el aula, pude dar inicio a este hermoso reto de educar con tecnología basado en estrategias comunicacionales para llevar la educación a personas de regiones aparatadas a las cuales no llegaba la educación en otras modalidades o que por asuntos económicos no podían acceder a ella.
En el programa de Administración de Empresas, tuve la satisfacción de ayudar a la formación de personas del departamento de Sucre, quienes ante la caída del internet, recurrían al envío de sus productos académicos en avioneta desde sus pueblos hasta el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, donde debían ser recogidos por algunos de nosotros –sus docentes–.
Dentro de mis experiencias, sería imposible olvidar un proyecto de emprendimiento social gestado por unos estudiantes de Administración de Empresas en Modalidad Virtual, los cuales aprovecharon la exuberancia de su tierra y el conocimiento de una variedad exótica de plátano, para establecer un cultivo orgánico y exportar directamente a Europa, aprovechando así las capacidades de su tierra y dignificando su condición económica y social.
Esto generó que estudiantes, con sus proyectos, ayudaran a la reconciliación y desmovilización de algunos integrantes de grupos armados de Autodefensas que tenían influencia en la zona.
Posteriormente a disfrutar de nuestra institución como estudiante, tuve la oportunidad de desempeñarme en el SENA como tutor virtual en un proyecto patrocinado por el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade) para la formación de instructores SENA, gracias a lo cual se me permitió ingresar al Centro de la Innovación, la Agroindustria y el Turismo en Rionegro (Antioquia), como instructor virtual.
Ha sido gratificante participar en la formación de los nuevos instructores, al igual que aportar a la capacitación de miles de aprendices en formación virtual complementaria.
Ha sido un gusto participar en el apoyo a la formación de los nuevos instructores del centro, al igual que aportar a la capacitación de miles de estudiantes en formación complementaria virtual.
Innumerables son las gratificaciones que desde lo personal he podido recolectar en el SENA, tanto por tener la oportunidad de compartir con instructores a nivel nacional con excelentes capacidades humanas y profesionales, como con los aprendices también de todo el país, a quienes he podido ver crecer gracias a su formación y a su voluntad para mejorar y aprovechar las competencias que la Entidad a través de la virtualidad les ayuda a formar.
Son muchas las historias humanas de jóvenes que a pesar de sus condiciones de salud o económicas, disponen de toda su capacidad a favor de su formación y consecuentes con ello, al pasar el tiempo y finalizados los procesos, son felices y con un saludo o un mensaje, nos informan su éxito profesional en empresas reconocidas o a nivel personal con emprendimientos destacables.
En la actualidad estoy cursando una maestría en Proyectos y Entornos Virtuales de Aprendizaje, pensando en los jóvenes colombianos y en los instructores SENA, quiero aportar invitándolos a estar en permanente formación y reflexión sobre el acto educativo y la generación de competencias para la didáctica, de acuerdo con los saberes específicos de cada área y sus proyectos particulares, los contextos de los aprendices y las disponibilidades tecnológicas de cada región.
La educación es un área inmensa con muchas necesidades de conocimiento y capacidades para quienes nos dedicamos a enseñar; por lo tanto el aprovechar todos los espacios de aprendizaje de que disponemos, es como mínimo una gran bendición por recibir.
La entidad en que más confían los colombianos tiene en oferta en modalidad virtual cinco programas de formación titulada, además de los cursos de formación complementaria.