A sus 52 años de edad, Orlando Sepúlveda afirma que la vida le está dando una nueva oportunidad. Él es desmovilizado de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, grupo al que ingresó en 1988. Solo estudió hasta quinto de primaria y en la época de conflicto armado perdió parte de su familia, luego estuvo 8 años en la cárcel y hoy es uno de los 28 excombatientes que el SENA certifica.
Para adelantar esta iniciativa llamada Modelo de Reintegración en Entornos de Formación Productiva, que busca que personas que integraron diferentes grupos al margen de la ley se capaciten en avicultura y creen sus propias unidades productivas o se ubiquen laboralmente, se unieron la Agencia para la Reincorporación y la Normalización -ARN- y el SENA, apoyados por cooperantes de los gobiernos americano y alemán.
“Estuvimos exparamilitares y exguerrilleros compartiendo una nueva vida, los problemas quedaron atrás y ahora somos unas nuevas personas para la sociedad. Me siento contento de estar acá y aprender sobre avicultura con excelentes profesionales; espero que vengan mejores cosas para nosotros”, comentó Orlando.
Durante el proceso se buscó generar oportunidades para estas personas, por lo que se realizaron visitas guiadas por el Centro de los Recursos Naturales Renovables de La Salada del SENA en Antioquia, en donde se ubican el internado y los entornos productivos en los que reciben formación los excombatientes.
“En la media que trabajemos articuladamente con el empresario, el SENA, las instituciones y estas personas, tendremos la posibilidad de tener mejores logros. Con las herramientas y la formación, independientemente de si ingresan o no a una empresa, ya tienen las posibilidades de liderar su propio emprendimiento potencializando las enseñanzas”, comentó Luz Ángela Zuluaga, coordinadora nacional de Atención a Población Vulnerable del Grupo Éxito.
Fenavi, Avinal, Agrícola Elite, Grupo Éxito y Fundación Aulas de Paz, también hicieron parte de estas visitas.
Para, Juan Fernando Vélez, coordinador de la ARN para Antioquia y Chocó, “Este es un proceso de inmersión profunda de tres meses que generó una convivencia inmensa entre un grupo muy plural. Esto significa mucho en materia de reconciliación, es un laboratorio de innovación que no solo fortalece la formación para el trabajo, sino otros aspectos”.
En el grupo de certificados por el SENA solo se encuentran dos mujeres, una de ellas es Zulencita Pizario, proveniente de Istmina (Chocó), quien afirma que desde los 11 años de edad fue integrante del octavo frente de las Farc; hoy tiene 25 años y hace solo uno empezó su reintegración a la vida civil.
Mucho más tímida que Orlando, también compartió su historia: “Luego de un enfrentamiento en el que resulté herida y quedé inconsciente, desperté en un batallón del Ejercito colombiano y desde ese momento todo cambió para mí. Pude volver a ver a mi familia”.
Zulencita quiere realizar su proyecto productivo avícola, a la par con el estudio de otra carrera como la de enfermería. Por su parte, Orlando quiere seguir formándose en temas agropecuarios, dice que su papá era un humilde ganadero y por eso quiere quedarse en el SENA para continuar estudios más amplios en esa área.
“El SENA tiene las puertas abiertas para que, en cada uno de los procesos que se llevan a cabo buscando la reintegración de estas personas a la vida civil, ellos puedan contar con herramientas de formación y empleabilidad que les permita, verdaderamente, encontrarse con un mejor futuro”, expresó el director del SENA Regional Antioquia, Juan Felipe Rendón.
El coordinador de la ARN para Antioquia y Chocó, finalizó contando que el SENA ha sido el gran aliado de ellos durante los 14 años de experiencia que tiene el proceso de reintegración, en el que se han beneficiando 49 mil desmovilizados de los 59 mil que hay en el país.
“Hay desmovilizados en los 32 departamentos y en 867 municipios, si a las personas desmovilizadas les funciona el programa de reintegración, le funciona a Colombia”, puntualizó Vélez.