¿Se imaginó alguna vez que mientras está en la sala de espera de un aeropuerto, alguien le consienta sus manos y le deje las uñas como nuevas?. Pues gracias a un proyecto de emprendimiento, apoyado por el SENA (mediante el Fondo Emprender), desde el pasado mes de noviembre es un hecho. Se trata de un plan básico de manicure: exfoliación, remoción de cueritos y cambio de esmaltes. El servicio es prestado a través de un carrito debidamente acondicionado que se pasea por las salas de espera del muelle nacional del terminal aéreo Alfonso Bonilla Aragón, de Palmira.

 “Por igual, hombres y mujeres piden este servicio y les parece genial encontrarlo en un aeropuerto”, explica la manicurista  Jennifer Juliana Tigreros, quien desde hace cuatro meses está a cargo de uno de los dos carritos que hoy tiene “Pinceladas al instante”, como se le conoce a esta novedosa unidad productiva.

La empresa fue concebida en 2016 por las jóvenes caleñas Diana Prada y Ana María Valencia, recién graduadas de la Universidad ICESI, de la capital del Valle. Tras recibir el apoyo de los gestores del Fondo, las dos emprendedoras se postularon y recibieron el préstamo de $91 millones que les permitió alzar vuelo definitivo a su idea. “El impacto fue tal, que el primer día la expectativa de clientes se superó y la gente decía que este servicio era único en el mundo”, comentó Prada.  

Debido a su estupendo aterrizaje, muy pronto la empresa creció y le agregó a su operación un segundo carrito, con los mismos diseños exclusivos del primero. La nómina también aumentó y de dos manicuristas pasó a cuatro, por lo que la ya se generan seis empleos directos.   

“Es increíble”, dice doña Esperanza Loaiza, mientras se mira sus uñas relucientes y recién pintadas. “Voy para Quibdó y debía estar sentada aquí una hora, pero la verdad creo que le he dado un buen uso a ese tiempo. Así la espera es más agradable”, agrega.

 

El itinerario de Pinceladas no ha estado exento de remezones y grandes retos por superar. Inicialmente las dos jóvenes debieron sudarla para conseguir los permisos de Aerocali, la firma  que opera el Alfonso Bonilla Aragón. Luego, debieron lidiar con la realidad de un sector donde los estilistas y manicuristas trabajan de manera independiente y sin horarios rígidos, lo cual ha dificultado el  contar con personas dispuestas a someterse a una jornada laboral, a cambio de un salario fijo, seguridad social y comisiones (además de las propinas de los clientes).

Según Verónica Nieto quien, junto con Pablo Cardona, ha asesorado esta empresa desde el Fondo Emprender, su éxito radica en el dinamismo de las dos emprendedoras y en que presta un servicio que nadie más hace, “con una propuesta de valor basada en un tiempo manejable para el cliente”.

Con sólo tres meses de haber aterrizado en el Alfonso Bonilla Aragón, Pinceladas ya estaba cumpliendo con el 21% del indicador de su meta de ventas. El objetivo es que hacia noviembre de 2016, cuando cumpla un año, genere siete empleos y tenga ventas por $156 millones. De ser así, se recomendaría la condonación de su deuda.  

Hasta el 27 de marzo estuvo abierta la primera convocatoria Fondo Emprender de 2017, que dispuso de $30.000 millones para irrigar capital semilla a emprendedores de todo el país. Entre 2014 y 2016 este sistema permitió la creación de 112 nuevas empresas en el Valle del Cauca, las cuales generaron 560 nuevos empleos directos.