La labor de los recicladores de oficio ha sido históricamente marginada y marcada por la informalidad. Sin embargo, gracias al apoyo del SENA y las asociaciones de recicladores, esta actividad está siendo formalizada para mejorar su calidad de vida y contribuir a la gestión adecuada de residuos peligrosos.
Este jueves 4 de julio, 42 recicladores se certificarán como parte del proceso de alineación "Escuela de Capacitación Laboral, - Formación Profesional", impulsado por el Sistema Nacional de Formación para el Trabajo, con el Centro de Formación de Gestión Industrial. Los recicladores, pertenecientes a la Asociación de Recicladores de Bogotá, recibirán certificados en Manipulación de Residuos Peligrosos, lo que consolida su formación y profesionalización en esta importante labor.
“Para el Centro de Gestión Industrial es motivo de orgullo dar a conocer a ustedes esta noticia maravillosa y es la certificación que vamos a tener con una población muy querida para el Centro y para el SENA, y son los recicladores de oficio. Ellos estuvieron en una inmersión durante dos semanas donde demostraron su dedicación y compromiso con esta formación”, aseguró Mónica Andrade, subdirectora Centro Gestión Industrial.
Los residuos peligrosos más comunes que suelen encontrarse mezclados con residuos ordinarios y reciclables provienen de sectores productivos y residenciales. Entre estos se incluyen restos de pinturas, productos electrónicos, pesticidas, aerosoles y residuos hospitalarios. Estos materiales, al ser manipulados por recicladores en el proceso de clasificación, aumentan los riesgos laborales debido a su toxicidad.
Para dar respuesta a las necesidades de estos trabajadores, el SENA, junto con la Asociación de Recicladores de Bogotá, ha creado una sinergia entre la Evaluación y Certificación de Competencias Laborales (ECCL) y la Formación Profesional mediante estrategias inmersivas. Estas estrategias incluyen bootcamps y hackathons que permiten a los recicladores adquirir los conocimientos necesarios para la adecuada manipulación de residuos peligrosos, reduciendo así los riesgos asociados y promoviendo una manipulación segura, ya sea para reciclaje o disposición final.
Este esfuerzo conjunto busca no solo mejorar las condiciones laborales y la seguridad de los recicladores, sino también contribuir a su reconocimiento e inclusión social, promoviendo la justicia climática y la economía verde.