Sobre el dulce paisaje del Valle del Cauca
ahora se siente un fuerte aroma de café que baja desde las laderas de este
territorio reconocido tradicionalmente por la producción de caña de azúcar en
su parte plana. El SENA y los pequeños campesinos de este departamento son
protagonistas de este saludable cambio.
A diferencia de otras zonas del país, “este
café es limpio, dulce y tiene acidez cítrica; se puede manejar
con diferentes métodos de fermentación, secado, y tueste, lo que redunda en
perfiles únicos, apetecidos por el mercado”, explica el instructor del SENA
Fernando Moncayo.
El café del Valle del Cauca es muy especial.
Sin embargo, durante muchos años ha estado rezagado frente al poderoso empuje
de los ingenios azucareros que dominan desde hace muchos años la parte plana de
esta geografía también quebrada.
Por eso, Pablo Peña, un hombre de las
montañas de Sevilla, se ha puesto al frente de un movimiento que, según sus
palabras, “busca posicionar al Valle como territorio cafetero, para
rescatarlo del olvido de muchos años y posicionarlo dentro y fuera de Colombia”.
Peña es
presidente de la Mesa Técnica Cafés Especiales del Valle, una instancia que
lidera el SENA por intermedio del Centro de Tecnologías Agroindustrial (CTA) en
Cartago. Desde allí, gracias a la articulación con diferentes entidades
públicas y privadas se están impulsando acciones de formación, investigación,
mejora y promoción para potenciar este cultivo y sus productos.
“Además de
azúcar, chontaduro, cholado, salsa y pandebono, somos café”, sentencia el
dirigente cafetero. “Hoy el Valle compite bien en eventos mundiales de
catadores, barismo y aeropress, pero la gente no sabe que tenemos un muy buen grano;
eso hay que cambiarlo, sobre todo porque en el pasado fuimos segundos en
producción nacional”, añade.
Para quitarse
este amargo sabor de la boca, la mesa impulsa desde hace algunos años diversas
actividades. Algunas de estas son ventanas como el ‘Cali Café Festival’, que se
realizó en un centro comercial de esta ciudad del 26 al 28 de este mes, con
presencia del SENA.
Dicho espacio
académico, comercial y de exhibición congregó a 120 expositores y 15
emprendedores vallecaucanos durante tres días, en los que el aroma de muchas
bebidas con alma vallecaucana se tomaron el ambiente y desataron la euforia de
los cientos de asistentes.
Las familias cultivadoras de
café del Valle están distribuidas en 39 de sus 42 municipios.
Para Víctor Hugo
Muñoz, profesional del CTA e integrante de la Mesa Técnica, “el café de esta
región se diferencia por condiciones agroclimáticas y ambientales aportadas por
las dos cordilleras donde se desarrolla la caficultura, por ello es de excelente
calidad y con condiciones muy mejoradas frente a otros departamentos”.
Con estrategias
como Agrosena y CampeSENA, la Entidad se ha enfocado en fortalecer esta cadena
productiva, haciendo énfasis en los cafés especiales que han cautivado el
paladar de los consumidores de todo el mundo. No obstante, Muñoz enfatiza que “los
pequeños caficultores, de menos de 3 hectáreas, son quienes más reciben el
apoyo del SENA”.
De acuerdo con
Peña, los datos de la Federación Nacional de Cafeteros indican que en el Valle
hay 23.000 familias que dependen de la caficultura, cultivando en total 53.000
hectáreas.
Información
recogida por el portal Forbes señala que en Colombia la producción de café en el 2023 llegó a 11,4 millones de
sacos de 60 kilos. De esta cifra, el 40% correspondió a granos estándar y el
60% a otros con valor agregado (https://forbes.co/2024/01/29/negocios/cafes-especiales-el-as-bajo-la-manga-para-afrontar-la-crisis-del-sector-en-latinoamerica)