Cuando Anderson Cayetano Jordán cruzó la puerta del SENA, hace dos décadas, nunca imaginó lo que la Entidad significaría para el devenir de su vida, marcada por una historia de alegrías y retos, pero, sobre todo, de gran satisfacción, esa que se logra como resultado de la persistencia.

El primer momento de esta conexión fue en el 2003, a sus 18 años, cuando se inscribió a cursos cortos en el Centro para la Biodiversidad y el Turismo del Amazonas. Así fue creciendo su cariño por la institución, primero haciendo parte del tecnólogo de Procesos Administrativos en Salud, la experiencia inicial de su formación para el trabajo.

"Gracias al SENA he tenido experiencias con diferentes empresas nacionales y locales, lo cual me ha ayudado bastante a nivel profesional y personal", comenta Anderson.

En estos 20 años de aprendizaje con el SENA, como ocurre con tantos colombianos, Anderson ha afrontado diferentes decisiones y pruebas que, incluso, en ocasiones pusieron en riesgo sus sueños, esos por los que tanto ha apostado.

"Muchas situaciones se cruzaban y me impedían continuar con mi proceso de aprendizaje. Varias veces tuve que desistir de varios trabajos para seguir estudiando, o dejar de estudiar para continuar trabajando, pero siempre retomé y persistí en mi proceso para llegar a donde estoy actualmente", afirma con serenidad.

Y es que Anderson, tal vez, es una de las personas que más ha aprovechado las oportunidades que brinda el SENA en el Amazonas; no solo creciendo en el ámbito personal, sino siendo fiel testigo del crecimiento de la Entidad en la región.

 "Anteriormente, en la primera sede SENA, éramos muchos aprendices y los ambientes eran limitados, pero luego se dio la transición a la sede Los Lagos y ha sido colosal: el SENA ha crecido y estoy seguro de que lo seguirá haciendo", dice.

Tener la calidad de haber recorrido la senda del SENA le ha abierto muchas puertas laborales, algo de lo que este amazonense ha tomado partido para darse a conocer y tomar la vocería en favor de esta comunidad como "Representante de Egresados del SENA Regional Amazonas 2023". Ha propuesto iniciativas para conectarlos con mayores oportunidades para su desarrollo profesional.

Como un auténtico embajador SENA, Anderson continúa escalando en su proyecto de vida; espera certificarse próximamente como técnico en Monitoreo Ambiental y le queda tiempo para inspirar con su ejemplo a jóvenes y mayores para que se vinculen a la oferta gratuita de la Entidad.

"Al SENA lo necesitan muchas personas y muchos profesionales -expresa-. La formación ha tenido un gran impacto en la juventud y en la formalización de sectores como el turismo, la hotelería y el mundo ambiental". 

Anderson es un vivo testimonio de cómo la educación puede transformar vidas y abrir puertas hacia un futuro prometedor. "Nadie imagina todos los sentimientos que me genera el SENA. Aquí logré vivir muchas etapas, también cerré múltiples ciclos y se abrieron nuevas oportunidades. El SENA me ha permitido crecer", finaliza.