En lo profundo de la zona rural de Isnos (Huila), un pequeño y hermoso municipio ubicado en el macizo colombiano, se encuentra un emprendimiento vitivinícola que ha florecido gracias al apoyo del SENA.

El proyecto es liderado Miguelina Benavides, una mujer apasionada y visionaria que ha logrado revivir la tradición del vino artesanal en la región y generar un impacto positivo en la comunidad.

La historia comienza cuando Miguelina aprovechó los recursos naturales y el clima favorable de la zona para emprender en el mundo de la viticultura. Sin embargo, carecía de los conocimientos y las habilidades necesarias para cristalizar su sueño. Fue entonces cuando el SENA se convirtió en su aliado y brindó el apoyo necesario para que su proyecto se hiciera realidad.

Por medio del programa SENA Emprender Rural, Miguelina se capacitó para perfeccionar su técnica en la elaboración de vino artesanal utilizando mora silvestre, lo que dio paso a que surgiera su emprendimiento 'Vinos Doña Migue', un producto que ya cuenta con reconocimiento en la región.

Este emprendimiento, ubicado en el municipio de Isnos (Huila), aprovecha los recursos naturales de la región para producir vino artesanal de mora silvestre.

"Nosotros estamos elaborando vinos artesanales en extractos puros de mora silvestre, una actividad que realizamos aprovechando las bondades naturales de la zona, porque es un producto totalmente artesanal, puesto que a los vinos no se les aplica químicos y la fruta que utilizamos es orgánica", destaca Miguelina.

Utilizando métodos tradicionales y uvas silvestres que se cultivan en la vereda Jerusalén, desde su propia finca Miguelina elabora vinos que capturan el espíritu y la esencia de la región, caracterizada por su inmensa riqueza natural.

El impacto de este emprendimiento vitivinícola ha sido muy significativo: en la actualidad 'Vinos Doña Migue' se comercializa en decenas de sitios turísticos de la zona arqueológica de Isnos y San Agustín, que mensualmente es visitada por miles de turistas nacionales y extranjeros.

"El programa SENA Emprende Rural nos ha ofrecido la oportunidad de poder mostrar y vender nuestro producto, el cual se comercializa en los sitios turísticos del municipio y de la región. Ha tenido una excelente acogida, al punto que estamos produciendo y comercializando unas 200 botellas mensuales de vino", puntualiza la creadora de la bebida.

El emprendimiento de Doña Miguelina es ejemplo inspirador de cómo el apoyo del SENA puede transformar vidas y aportar al dinamismo económico de las regiones.