Con todas sus riquezas, La Guajira aún habla de desnutrición, hambre y muerte por falta de comida. Esta calamidad no resuelta para más de 400 mil indígenas wayúu expone en los niños su peor cara.

Cualquier remedio resulta poco ante todas las dificultades; un desierto de por medio, la infraestructura y las promesas no cumplidas durante décadas. Solo los buenos y efectivos propósitos le darían un golpe a la tragedia del hambre.

Robinson Sanabria no encontró la fórmula mágica para acabar con el hambre en La Guajira, pero su sensibilidad y experiencia podrían extender la mano a miles de bocas al departamento. Este instructor del Centro de Cocina de Riohacha, que se formó en el SENA, creó la SENharina.

Está compuesto por cinco ingredientes típicos de la región, base de la alimentación desde sus orígenes: fríjol guajiro o kapeshuna, maíz, plátano verde, ahuyama y trupillo. La combinación de estos cinco alimentos es una de las alternativas para llevar un plato lleno de nutrientes a las mesas de las comunidades indígenas.

La investigación, que actualmente se encuentra en su FASE 1 -de pruebas-, abordó la capacidad productiva de las comunidades wayúu para la transformación (liofilización) de alimentos, con el fin de contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional -en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno del Cambio-, respetando las condiciones y tradiciones propias de la cultura.

Con este proyecto, se propone la aplicación de nuevas tecnologías de conservación de alimentos que está relacionada con la cosmovisión y técnicas ancestrales de la etnia wayúu.

La segunda fase es aún más desafiante. Además de los aprendices del SENA incluidos en el desarrollo de SENharina, decenas de madres indígenas se involucrarán en la preparación de este alimento.

La comunidad wayúu es la principal beneficiada de este proyecto que está en fase de prueba. A futuro podría replicarse en varias regiones de Colombia.

La investigación aplicada del proyecto 'Desarrollo de procesos económicos, agroindustriales y gastronómicos usando recetas de la cultura wayúu, como alternativa nutricional contra la desnutrición' pretende ser replicada en los departamentos más vulnerables. Esto, teniendo en cuenta los productos tradicionales y/o autóctonos de cada región o departamento.

El hambre azota a más del 60 por ciento de los 400.000 indígenas wayúu, siendo los niños la población más vulnerable. SENharina será un pequeño sorbo en esta tragedia de hambre que se vive por todos los rincones de La Guajira.