En una labor articulada entre el SENA y la Universidad del Quindío, aprendices y estudiantes se acercan a la realidad ambiental de Armenia, enfocándose en la microcuenca La Florida, una fuente hídrica afectada por las acciones del ser humano, ubicada en el Centro Agroindustrial de la Entidad.
Este proyecto que logró la vinculación de las dos instituciones busca identificar y minimizar los impactos antropogénicos (producidos por los humanos) en este ecosistema, permitiendo que los aprendices de la Tecnología de Gestión de Recursos Ambientales amplíen la aplicación de sus conocimientos en escenarios reales.
"Lo más importante es que nuestros aprendices tengan la oportunidad de participar de manera activa en estos proyectos, más aún siendo una alianza en la cual se va a beneficiar este componente ambiental de nuestra cuenca; además, reconocerán cómo, a través de sus acciones, pueden aportar a la solución de las problemáticas ambientales locales y regionales", manifestó Beatriz Eugenia Bustamante Arce, instructora y líder del semillero Ciencia Ambiental del SENA.
Aunado a este proyecto investigativo, se ha efectuado una selección de personas en el SENA quienes, de manera participativa, se encargarán de identificar acciones que afectan la fuente y de generar estrategias que minimicen el impacto negativo para lograr la recuperación de la cuenca.
Por su parte, Tania Alejandra García Pérez, estudiante de Biología y tecnóloga en Gestión de Recursos Naturales del SENA, aplaudió este tipo de estrategias que articulan la academia y que brindan mayores herramientas a los aprendices.
"Yo hice parte del SENA. Cuando salí del colegio pude ingresar a esta institución y este primer acercamiento me brindó la oportunidad de ser educadora ambiental. El SENA nos da la posibilidad de estudiar sin la necesidad de tener recursos económicos y abre espacios con otras entidades y empresas. Eso, por ejemplo, me permitió pagar mis estudios profesionales en la universidad", indicó Tania Alejandra.
A través de la formación en ambientes reales, los aprendices se acercan a oportunidades de estudio y empleo que les permite apoyar el desarrollo de sus proyectos de vida, mientras impulsan la protección ambiental del territorio.