El Centro Agroecológico y Empresarial, el Banco de Alimentos y la oficina de Solidaridad de la alcaldía de Fusagasugá crearon la estrategia La clave es educar para garantizar la seguridad alimentaria, para que treinta mujeres cabezas de familia de la tercera edad y en condición de discapacidad del sector turístico conocido como Boquerón, se vincularan al SENA a través de formación y emprendimiento.

Boquerón es un parador turístico que, gracias a su ubicación geográfica, se caracterizaba por sus restaurantes, hoteles y alquilares vacacionales; negocios que mantenían económicamente las familias de esta vereda. Después de las obras realizadas en la vía Bogotá – Girardot, la situación cambió radicalmente, a tal punto que dejó por fuera del desarrollo y del progreso a este sector, afectando potencialmente a las personas que allí habitan.

Por eso, la estrategia decide capacitar, a través del SENA, a 30 mujeres de la vereda con cursos cortos en cocina y manipulación de alimentos, además de apoyarlas en los procesos de emprendimiento para reactivar la economía familiar y local, actualmente ya se encuentran elaborando productos a base de frutas que anteriormente se desechaban por la alta producción natural de las mismas.

"Estas mujeres no veían una alternativa frente a cualquier institucionalidad, pero con esta alianza las incentivamos a tal punto que desean continuar formándose con el SENA", manifiesta Jenny Alexandra Álvarez, líder del programa de Atención a Población Vulnerable y Víctimas del Conflicto Armado del SENA Fusagasugá.

El gran impacto que ha tenido la estrategia ha permitido que municipios vecinos de la región se interesen en implementar con sus grupos poblacionales servicios similares. Por eso, se pretende ampliar el nivel formativo y abrir inscripciones para el programa auxiliar en Seguridad alimentaria, con miras a que estas mujeres adquieran más conocimientos y herramientas para que en un futuro puedan postularse a las convocatorias del Fondo Emprender, comercializar sus productos y generar ingresos.

"Haber llegado con esta iniciativa a uno de los sectores más olvidados de Fusagasugá ha permitido que las mujeres se empoderen en la consecución de ingresos para sus familias," Adriana Pabón, jefe de la oficina de Solidaridad.