​Lo primero que sintió Víctor Danilo Pacheco cuando sostuvo la ‘bola de trapo’ en sus manos fue nostalgia. Recordó que cuando era un niño, no veía la hora de salir del colegio para jugar fútbol en las calles polvorientas de su natal Suan, municipio ubicado al sur del departamento del Atlántico. 

“Es lindo ver a personas jóvenes que rescaten las tradiciones, nuestra esencia, y gracias al SENA por apoyar este tipo de trabajo”, opina el talentoso exjugador de fútbol, que brilló con la Selección Colombia y el Junior de Barranquilla, entre los años 80 y 90. 

Este sentimiento se lo generó Howard Angulo, creador de la marca Corozo Sport, dedicada a la elaboración, confección y comercialización de artesanías coleccionables en productos de tradición, como la ‘bola de trapo’, ‘el trompo’, ‘el yoyo’, entre otros. Su idea de negocio nació en el 2015 y fue beneficiada por el Fondo Emprender del SENA con un capital semilla cercano a los $117 millones, en el año 2018. 

“El SENA para mí es una gran vitrina para exponer mi marca al mundo entero, me brindó las herramientas para seguir trabajando en este proyecto, por el rescate de lo nuestro”, señala el emprendedor, de 35 años, que hizo entrega al jugador Pacheco, o ‘Pachequito’, como popularmente es conocido, una ‘bola de trapo’ que lleva pintado su rostro y el mítico número 7, que lo acompañó en casi toda su carrera profesional. 

La ‘bola de trapo’ es una pelota de algodón o lana, también hecha con esponja, bolsa plástica, hilo nylon y goma; es un juguete característico desde hace décadas en la región caribe. 

“Le pusimos Corozo a la empresa, por la misma fruta”, explica Angulo, refiriéndose a que en el idioma ‘callejero’ del fútbol en el Atlántico, quien tenga un excelso dominio del balón lo termina ‘empequeñeciendo’ y es prácticamente imposible para su contendor arrebatárselo de los pies. 

“La pone como un corozo, así como lo hacía pachequito”, comenta entre risas, mientras el ‘crack’ atlanticense acomoda con orgullo la artesanía en la sala de su casa. 

En los productos de esta iniciativa barranquillera se han plasmado imágenes 100% hechas a mano, de sitios icónicos de la ciudad, animales en vía de extinción y biodiversidad de peces de mar y río. La empresa marca SENA genera actualmente seis empleos, entre los que se encuentran, el de un docente en español y lenguas extranjeras, una psicóloga, una asistente administrativa, un ebanista, un artesano y un pintor. 

Por su parte, Jacqueline Rojas Solano, directora de la entidad en el Atlántico, asevera que “desde el SENA le hacemos todo el acompañamiento a los emprendedores desde que tienen una idea de negocio y con el apoyo de un equipo técnico los guiamos en la formulación del proyecto para acceder a recursos de capital semilla”. 

“Sinceramente es motivo de orgullo cada vez que se crea una nueva empresa en el Atlántico con el apoyo de nuestro Fondo Emprender, es el resultado de las oportunidades que brinda el SENA para el emprendimiento en el país”, apuntó la directiva.

Finalmente, el SENA se consolida como gran motor de la generación de oportunidades de emprendimiento y formación para el sector de la Economía Naranja. En Atlántico, por ejemplo, contará con una nueva sede de Industrias Creativas, que se construye en el sector tradicional del Barrio Abajo de la ciudad de Barranquilla, conjunto a su tradicional Casa del Carnaval. 

En ese lugar se formarán aprendices en carreras técnicas como Ejecución de la Danza, Elaboración de Objetos Artesanales con Recursos Maderables, Maquillaje Artístico, Maquillaje Social y Producción de Audio Digital, entre otras.