Como parte de su compromiso con la inclusión social y el desarrollo de los territorios, el SENA continúa llevando formación con calidad a zonas de difícil acceso. Esta vez, al resguardo indígena Kiparadó, ubicado en la vereda Crucito, en el municipio de Tierralta, Córdoba, instructores se desplazaron por rutas fluviales, caminos de tierra y montañas para cumplir la misión institucional de transformar vidas a través del conocimiento.
Este ejercicio pedagógico busca fortalecer las capacidades de las comunidades indígenas, no solo a través de la formación técnica y la certificación por competencias laborales, sino también con orientación en rutas de emprendimiento y oportunidades de empleo. Las jornadas incluyeron asesorías personalizadas y espacios de diálogo intercultural que reconocen el valor de los saberes ancestrales y promueven una formación pertinente y respetuosa con la identidad de los pueblos originarios.
“Nuestras comunidades indígenas, afros, raizales, palenqueras, desplazadas y víctimas de la violencia son de gran importancia para el SENA. Por ello, realizamos todos los esfuerzos necesarios para que, desde la formación y certificación, así como con asesorías y capacitación en emprendimiento y empleo, su bienestar y calidad de vida sea mucho más integral”, precisó Naviris Vega Algarín, directora regional del SENA Córdoba.
El SENA, desde su enfoque diferencial, prioriza la atención a poblaciones históricamente excluidas como comunidades indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueras, víctimas del conflicto armado y población en condición de desplazamiento. Esta labor se realiza con el firme propósito de contribuir a la equidad, la inclusión productiva y la transformación integral de los territorios, sin importar las barreras geográficas o logísticas.
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Con acompañamiento técnico y pedagógico, el SENA propicia escenarios donde el conocimiento académico y los saberes ancestrales se integran para impulsar el desarrollo con identidad cultural.