Hace cerca de cuatro años, Deogracias Cabezas Peña siembra piña y es uno de los 208 agricultores que, desde 2013, ha recibido formación del SENA en Casanare como Emprendedor en Cosecha, Poscosecha y Comercialización de Cultivos Agrícolas con Énfasis en Buenas Prácticas y Manejo Fitosanitario.
Él tiene 62 años, es boyacense pero vive en Monterrey –105 kilometros al suroccidente de Yopal– hace más de tres décadas; llegó en busca de mejores oportunidades económicas para la familia, conformada por su esposa y cuatro hijos.
Deogracias se formó por primera vez en el SENA, en Bogotá, en 1972, cuando prestaba el servicio militar. En ese momento hizo un curso en redes eléctricas, aéreas y subterráneas.
Sin embargo, al llegar a esta zona del país, recibió la capacitación para implementar el cultivo en piña gold y hacer de este sostenible, con un manejo adecuado de residuos y desechos, así como la buena utilización de fertilizantes, aguas y disposición de los insumos agrícolas.
“Me sirvió mucho porque estaba a punto de dejar el cultivo, solo producía para el consumo familiar y ahora tengo sembradas 130 mil plantas, en un poco más de cuatro hectáreas”, indicó.
PIÑA QUE TRANSFORMA VIDAS
La producción mundial de piña es de alrededor de 25 millones de toneladas al año, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Más de 200 productores que se formaron en el SENA, en los tres últimos años, reactivan el mercado de la fruta y hacen crecer –también con apoyo de la Entidad– siete unidas productivas.
Las cifras en Colombia, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, reflejan que en 2012 se produjeron 486 mil toneladas en 18 mil hectáreas. Santander, Valle del Cauca, Cauca, Quindío y Meta son los cinco mayores productores, en su orden.
Además, ese año, la exportación de piña fue de 1,8 millones de dólares, alcanzando un crecimiento de 6,3 por ciento.
Por sus condiciones agronómicas y estructurales de sus suelos, la posición geográfica y el clima, los Llanos Orientales es una de las mejores zonas del país para el cultivo de esta fruta, así lo establece el Plan Nacional Frutícola.
En este orden de ideas, Casanare es el cuarto departamento del país con áreas que tienen potencial para el cultivo de piña. En 2012, en tierras casanareñas se produjeron 9.814 toneladas, en 239 hectáreas.
Los municipios del departamento en los que más se produce son Villanueva (34,6 por ciento), Tauramena (26,9 por ciento), Yopal (9,8 por ciento) y Aguazul (7,5 por ciento), según las Evaluaciones Agropecuarias Municipales del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Las cifras en generación de empleo también son importantes; según un diagnóstico realizado hace un año, por el Clúster de Piña –liderado por la Cámara de Comercio de Casanare y apoyado por el SENA con acciones de formación dirigidas a productores, asesoría y acompañamiento a transformadores del producto–, 68 unidades productivas del departamento generaron más de 250 empleos y el volumen de su negocio alcanzó los 1.142 millones de pesos.
“Los agricultores saben que el cultivo de piña es una actividad económica promisoria, por eso a través del programa SER (SENA Emprende Rural) les hemos ofertado formación y acompañamiento en la consolidación y fortalecimiento de unidades productivas”, dijo la directora de la entidad en este departamento, Johana Astrid Medina.
La unidad productiva de Deogracias, Granja Brisas del Tacuya, es una de las siete que cultivan y comercializan piña en Casanare y que han recibido formación y asesoría del SENA en los últimos dos años. Se proyecta para sembrar 30 hectáreas el próximo año, ya tiene su propia semilla y ahora se tecnificó para empezar a producir escalonadamente con el fin de garantizar producción durante todo el año.
“Estamos viendo los frutos del apoyo del SENA, donde lo estimulan a uno para que salga adelante con sus cultivos”, afirmó el emprendedor.
Y es que el aporte de la Entidad al sector piñicultor ha ido más allá de la formación en producción. También desde el programa SER, en 2015 y 2016 se formaron 125 casanareños como emprendedores en procesamiento y comercialización de productos derivados de frutas y hortalizas.
Así, las unidades productivas familiares se han capacitado en la transformación de la piña: en almíbar, deshidratada, en jugo, néctar, mermelada, en diversas presentaciones y en buenas prácticas de manufactura, generando ingresos e introduciendo al mercado nuevos productos.
PIÑA QUE TRANSFORMA REGIÓN
Ananás Chips es otra de las unidades productivas formadas y fortalecidas por el programa SER. Claudia Yesenia Moreno González, su propietaria, de 26 años, recibió formación en Montaje de Unidades Productivas en el Área de Alimentos; actualmente, produce y comercializa piña deshidratada en Tauramena, municipio que cuenta con una tradición de 20 años en estos cultivos.
Como apoyo al trabajo y la proyección del Clúster de Piña en el departamento, la Institución, además de formar, orienta diferentes procesos de transformación del producto.
Esta unidad productiva, cuyo nombre hace alusión a la denominación científica de la piña, Ananás comosus, nació como respuesta a la necesidad de aprovechar la piña MD2 (Oro miel) que cultiva el papá de Yesenia y que, a veces, sale con un tamaño menor al exigido por el cliente.
“Mi producto es 100 por ciento natural, lo comercializo directamente y es una piña lista para consumir como ‘snacks’ o para utilizar en aromáticas, repostería, en bebidas o en granola. Tengo capacidad instalada para producir 1.050 unidades de 60 gramos, mensualmente”, explicó Yesenia.
Ella participa en el Clúster de Piña, en el componente de transformación, y recibe acompañamiento del SENA en la formulación de proyectos para postularse a las convocatorias de Fondo Emprender con un tutor asignado de la Unidad de Emprendimiento de la regional y asistiendo a talleres de formulación, sustentación de proyectos y manejo de plataforma.
Entre tanto, en Aguazul –población que también busca el desarrollo del cultivo de piña y segundo productor en el departamento–, dos unidades productivas transforman y comercializan el producto, también, con el apoyo de la entidad en que más confían los colombianos: Asopiña, que produce la fruta en fresco, y Casa Linda, con el producto en rodajas empacadas al vacío y en almíbar.
El apoyo a las iniciativas de emprendimiento en piña también se ha dado a través de Fondo Emprender; en 2014, Andrés Felipe Hernández, de Aguazul, con su proyecto Ceagrocol recibió 100 millones de pesos para cultivar y comercializar la fruta fresca, deshidratada y encerada.
El SENA en Casanare trabaja este año en la implementación de una carrera técnica profesional en el área agrícola, enfocada en piña.