Ojos brillantes de color verde esperanza, cabellera blanca dominada por los años y una voz fuerte pero de tono cálido que incita a la superación, son las características que llaman la atención de Orlando Buitrago Muñoz, un caldense desplazado por la violencia que a través de SENA logró convertirse en emprendedor y ahora generador de oportunidades.
Él se encontraba en el salón número 1 de la Agencia Pública de Empleo del SENA, en la Regional Caldas, ofertando 30 vacantes para vendedores. Allí expresaba que a través de Fibra y Miel, su empresa financiada por Fondo Emprender, deseaba generar 90 empleos en la ciudad
“Es muy fácil. Manizales tiene 11 comunas, y yo por cada una podría llegar a tener cuatro vendedores de mi pan saludable; eso me daría 44 empleos. Además, el municipio cuenta con siete corregimientos, donde también tendría el mismo número de vendedores; así serían 72 empleos. A esto le sumo panaderos, empacadores y distribuidores; serían 90”, expresó el hombre de 63 años.
Hasta el 28 de diciembre de 2007, Buitrago Muñoz vivió en una vereda del departamento donde alternaba la atención de sus cultivos, peces y porcinos, con la distribución de abarrotes en una pequeña, pero pujante fonda, donde le ayudaban a atender su esposa, Fabiola Sepúlveda, y su hija, Mara Buitrago.
“Ahora trato de generar empleo a personas desplazadas que quieran vender productos puerta a puerta; estoy creando oportunidades laborales”.
Esa fecha, época de alegría y recogimiento para la mayoría de las personas, no sería igual para la familia campesina. Ese día, al caer el sol, y sin nada más que la unión familiar y algunos víveres que pudieron reunir, abandonaron todo lo que en ese entonces conformaba sus vidas debido a una amenaza de un grupo al margen de la ley contra la integridad de su familia.
“Llegamos a un pueblo cercano, como a eso de las 5:30 de la mañana, donde una camión nos recogió y nos trajo hasta la capital”, explicó Orlando con una actitud de no querer hacer memoria frente a lo sucedido.
Ya en Manizales, con la tristeza a flor de piel, pero con el ímpetu de construir un mejor futuro, el hombre de extracción rural se acercó a la Unidad de Atención y Orientación a Desplazados (UAO), de la Secretaría de Desarrollo Social y Comunitario, de la Alcaldía de Manizales.
“Me enviaron a los programas del SENA, entidad que me tecnificó en panadería, en emprendimiento y en cocina vegetariana. Todos los fusioné y con la financiación de Fondo Emprender logré constituir mi industria, Fibra y Mil, panadería que se especializa en pan saludable para el pueblo”, anotó el naciente empresario.
Para Mara Buitrago, hija de Orlando, y quien también se formó en el SENA como técnica en Ventas de Productos y Servicios, los 63 millones 800 mil pesos que le otorgó Fondo Emprender a su papá, les han permitido renacer.
“Es una oportunidad muy grande la que nos está dando Fondo Emprender de tener una nueva vida y de darme también a mí la oportunidad de apoyar a mi papá para que este negocio crezca. Lo que nosotros queremos es volvernos una panificadora grande en Manizales”, agregó.
De esta forma fue que Orlando, y su pan saludable para el pueblo, como el mismo lo define, llegó el pasado mes a la Agencia Pública de Empleo en Caldas, ofertando oportunidades de trabajo a la ciudadanía, en especial población vulnerable.
“Ahora trato de generar empleo a personas desplazadas que quieran vender productos puerta a puerta; estoy creando oportunidades laborales a los que quieran vender la paquetería de mil pesos cada producto y sobre esas ventas ir ganando”, aclaró Orlando Muñoz Buitrago.
Hasta 2007, Buitrago vivió en una vereda de Caldas donde alternaba la atención de sus cultivos, peces y porcinos, con la distribución de abarrotes en una fonda.
Hasta el año pasado Orlando horneaba sus productos en un viejo horno que había ubicado en una humilde y estrecha vivienda en el centro de Manizales. Hoy y frente a todas las adversidades propias que arrastra ser uno de los 5 millones de colombianos que han sido desplazados internamente en país, el hombre de ojos color verde esperanza cuenta con un local nuevo, equipos de panificación digitales, silletería nueva, insumos y hasta computador para acceder con frecuencia a la plataforma SENA.
En la actualidad, y luego de ofertar las oportunidades laborales a través de la micro rueda de empleo, Fibra y Miel, la empresa de Orlando, Patricia y Mara, cuenta con los primeros vendedores puerta a puerta en Manizales, escribiendo así el primer capítulo de aquella fórmula de pasar de 0 a 90 empleos generados en la ciudad.