Gracias a una alianza por la responsabilidad social entre el SENA y el sector empresarial privado, los jóvenes recibieron su certificación. Los graduandos provenían de los municipios de Florida, Pradera y La Paila, lugares reconocidos  por el cultivo de la caña de azúcar.

De manera conjunta con el ingenio Riopaila Castilla y la Fundación Caicedo González, el SENA los certificó, reconociendo el esfuerzo de los habitantes de estos municipios por construir un mejor futuro para ellos y sus familias, construyendo capital humano y fortaleciendo el desarrollo social.

“Esto tiene un gana-gana, tanto para las empresa como para el SENA, ya que podemos impactar de manera concreta a las necesidades de los empresarios y a las de la comunidad que vive en sitios tan estratégicos para este sector productivo”, manifestó la directora de la Regional Valle del SENA, Esperanza Adriana Ramos Rodríguez. 

Este proyecto de alianzas público-privadas ha contribuido al desarrollo productivo de los cañaduzales y mejorado la calidad de vida de sus habitantes. “Nuestro aporte estuvo representado en infraestructura, logística, seguimiento y acompañamiento al egresado para que pueda desarrollar sus ideas de negocio o para que se ubiquen en el mundo laboral”, expresó la  directora ejecutiva de la Fundación Caicedo González, Ana Milena Lemos.

Por otro lado, se han emprendido unidades productivas familiares y asociativas, brindando servicios y productos relacionados con panadería, repostería, refrigerios, pasabocas, producción de aceites esenciales, hortalizas y artesanías, entre otros. Estas iniciativas han traído nuevas oportunidades laborales para la población.

La imagen que el proyecto ha dejado en la región es favorable, más aún, para aquellos beneficiarios de forma directa.

“Aprovechemos todas estas oportunidades que brinda el SENA, que vean que si hay gente dispuesta a ayudar a la gente”, dijo Carlos Arturo Urrea, habitante de Pradera y uno de los beneficiarios.