Las llantas son de los objetos que más daño ambiental causan; con el paso del tiempo éstas se han convertido en uno de los focos contaminantes más extendidos sobre el planeta.
En los países desarrollados se potencian empresas especializadas en el reciclaje de los neumáticos; sin embargo, siguen existiendo desidia, falta de interés y afán de lucro, que impiden una correcta disposición final de las llantas cuando acaba su vida útil y se convierten en uno de los desechos más contaminantes.
Por eso, aprendices de la formación Posadas Turísticas y policías de Cácota decidieron darle un uso diferente a las llantas, en vez de que terminen en los botaderos de basura u otros espacios de desecho.
"El objetivo principal fue elaborar un parque infantil para la escuela Icota, donde estudian más de 48 niños. Con el fin de darles un espacio agradable para su sana recreación fueron necesarios más de 90 neumáticos de carros y motos; el resultado: un espacio construido en su totalidad con llantas", comentó Olga Rocío Silva, instructora.
Las llantas son de los objetos que más daño ambiental causan; con el paso del tiempo éstas se han convertido en uno de los focos contaminantes más extendidos sobre el planeta.
MANOS A LA OBRA
Para que este sueño se hiciera realidad fue necesario el trabajo conjunto de 48 niños, 19 aprendices, 15 policías y una instructora, quienes plasmaron en las llantas todo su ingenio. La labor inició con la adecuación del terreno, remover piedras, quitar maleza y aplanarlo para que fuera seguro para los niños.
Según el intendente Luis Reinel Ferrer Rodríguez, comandante de la Estación de Policía de Cácota, "con el trabajo en comunidad y las formaciones impartidas por el SENA, es posible lograr estos espacios; no solo podemos recrear nuestros niños sino que también utilizamos objetos desechos que contaminarían el río".
Se hizo la limpieza de los neumáticos, cada uno ya tenía un lugar en el plano rudimentario elaborado por la instructora Olga Rocío. Uno a uno fue tomando nuevamente su color negro.
Los niños y aprendices tomaron los tarros de pintura y pinceles para dar vuelo a su imaginación. Entre rojo, amarillo, azul, fucsia cada uno escogía su color favorito para darle vida a los redondos encauchados.
Con picas y palas se crearon los surcos donde se instalaron las llantas que conformaron el gusano, también los huecos del columpio y una telaraña.