Un grupo de aprendices de las formaciones técnicas en Explotaciones y Sistemas Agropecuarios Ecológicos desarrolló un modelo de granja integral para abastecer restaurantes escolares, con lo que se suministra 40% del mercado avícola, porcino y piscícola de las zonas aledañas a los centros de formación.
La idea surgió con base en la integralidad, pertinencia y productividad, que son los ejes centrales de las acciones pedagógicas que desarrolla la entidad en las instituciones educativas rurales, en donde se adelantan interesantes procesos de desarrollo agropecuario que fortalecen el programa de articulación con la educación media en la región.
"A lo largo y ancho del departamento desarrollamos esta iniciativa con la que buscamos fortalecer la productividad de la zona rural; las experiencias de las instituciones educativas Las Lajas y José Antonio Galán son una significativa muestra de la experiencia en los colegios agropecuarios", manifestó el director y vocero oficial de la Regional Caquetá, José Delby Vargas Gutiérrez.
En estas dos instituciones educativas, ubicadas en el casco rural de los municipios de San José del Fragua y de la capital, los aprendices de las formaciones técnicas en Explotaciones y Sistemas Agropecuarios Ecológicos desarrollaron el modelo de granja integral, que ya comenzó a dar los primeros resultados.
La granja integral implementada es un modelo productivo para los aprendices que, además de asegurar una alimentación abundante y rica en proteínas, vitaminas y minerales, les enseña a cada uno a vivir en armonía con la naturaleza, preservando y disfrutando el medio que los rodea, respirando aire puro, conservando limpios los afloramientos o nacimientos de agua y propiciando el mejoramiento de las tierras de cultivo; así mismo, se integran los sistemas de producción para aumentar las fuentes de ingreso y no depender exclusivamente de un producto.
La granja integral implementada es un modelo productivo para los aprendices que les enseña a cada uno a vivir en armonía con la naturaleza, preservando y disfrutando el medio que los rodea.
Para desarrollar estas experiencias, los aprendices acompañados de los instructores Anderson Parra Triana y Diego Mauricio Ortiz, cuentan con amplios espacios que les han permitido sectorizar cada uno de los proyectos productivos, en los que el trabajo y compromiso de los alumnos es el pilar indispensable en el desarrollo de cada uno de ellos.
José Uriel Cabrera Miranda, aprendiz de la institución educativa José Antonio Galán, expresó que "como campesinos teníamos conocimiento del trabajo agrícola, pero ahora lo estamos haciendo con manejo técnico y es así como hoy tenemos gallinas felices, pollos de engorde, huerta casera, estanque piscícola, cría de cerdos y hacemos nuestro propio abono".
En las granjas integrales, las gallinas dan huevos de mejor calidad y a bajo costo para suministrarlos a los restaurantes escolares, tal y como ocurre con los pollos de engorde, cachamas y hortalizas que allí producen, con tan positivos resultados que la producción alcanza para comercializar estos alimentos con los campesinos de la zona y obtener recursos para los proyectos y para los propios aprendices, que han entendido el negocio.
"Es invaluable la labor del SENA en la institución. Teníamos los espacios para desarrollar los proyectos, pero ahora el contar con profesionales expertos enseñándole a los jóvenes a hacer más productivo el campo es muy interesante, porque ellos han aprendido a ver la producción agropecuaria como algo rentable", señaló Efigenia Alvis Torres, rectora de Las Lajas.
Como elemento adicional a esta experiencia, los aprendices construyeron en sus granjas un horno ahumador, con el cual le dan un valor agregado a los alimentos que producen y así obtener nuevos ingresos para su ya rentable negocio, en el cual el pollo y la cachama ahumada son platos exquisitos para degustar.