​Jorge Duque Vélez es un emprendedor destacado por su disciplina, perseverancia y habilidad en el diseño de modas, cualidades que le han permitido ser reconocido en varias pasarelas, tanto nacionales como internacionales.

Él nació en Manizales (Caldas) en 1974, pero fue criado en Medellín (Antioquia), donde estudio para ser fisioterapeuta en la Universidad María Cano, profesión que alternaba con su hobby principal: la costura.

Aunque no lo tenía definido, Jorge quería un cambio, él lo define como un 'revolcón'. Fue entonces cuando decidió poner de su parte para hacer que sucediera. Esta motivación lo llevó a la capital del país hace 12 años. Su expectativa se enfocó en que lo podría pasar con su vida.

"No esperaba nada específico; a modo de aventura decidí viajar a Bogotá. Yo tenía perspectivas de trabajo como vestuarista y director de arte, a lo que me dediqué solo durante un año", recuerda.

En su época de trabajo como fisioterapeuta la experiencia fue enriquecedora, ya que le aportó la capacidad para resolver diversas inquietudes y la disciplina para estudiar, además de adquirir conocimientos sobre el cuerpo, fisiología, funcionalidad y mecánica. La pregunta era ¿cómo utilizaría los conocimientos con el nuevo trabajo que tenía en perspectiva?

​La formación de Jorge se enfoca en temas de productividad, control de calidad y desarrollo de temas para investigación que tengan que ver con la nanotecnología.​​​

"Estaba seguro que  me serviría para toda la vida. Entendí la tridimensionalidad del movimiento, la quinesiología del cuerpo; no sabía si se fusionaría con la moda, pero sí que me ayudaría como fundamento".

Cuando se desempeñaba como director de arte para un comercial, un superior le preguntó si tenía taller; al responder negativamente el hombre le dijo: "pues deberías". En ese momento, rememora, canceló el trabajo y lo cedió a otras personas.

"Compré unas máquinas y comencé a confeccionar. Mi primera clienta recuerdo que fue una novia".

El emprendedor tiene un especial afecto por su familia y por Santiago, la persona que ha estado a su lado acompañándolo por más de 20 años. Es él quien administra el negocio, le da orden y perspectiva formal a las tendencias actuales de la moda. "Me quedaría corto en adjetivos, es una persona muy importante para mí", enfatiza refiriéndose a su pareja.

La infancia de Jorge Duque está cargada de buenos recuerdos: "Tanto mi niñez como mi crianza han contribuido a la toma decisiones de manera acertada y segura; ha sido una lucha directa contra el miedo y el deseo infinito por la  aventura". 

En 2010 obtuvo el primer lugar en 'Project runway' (en castellano, 'Proyecto de despeque'), uno de los  reality show estadounidenses más importantes de la moda. Esto le permitió tener nuevas perspectivas y ver oportunidades  en un medio competido y difícil.

Como diseñador de modas y autodidacta llegó de las pasarelas a los ambientes de aprendizaje del SENA con un objetivo en mente: formarse como tecnólogo para el diseño y la industria de la moda, actividad que realiza en el Centro de Manufactura en Textiles y Cuero, de la Regional Distrito Capital.

"Jorge Ingresó como un aprendiz regular y a través de unas pruebas de conocimiento y desempeño, validó sus conocimientos para comenzar a trabajar en una ruta de aprendizaje diseñada para él", comenta la instructora Alejandra Gutiérrez.

Y es que su formación se enfoca en temas de productividad, control de calidad y desarrollo de temas para investigación que tengan que ver con la nanotecnología.

Para este aprendiz, "la moda es un modo; tiene que ver con la percepción cultural, con la cultura pop, con un momento social y económico, con una interpretación de los egos y el deseo, con lo que se lleva, con aquello que se vuelve viral. La moda se nutre de tantas cosas que se vuelve infinita, mientras que el diseño es una expresión plástica, es llenar los espacios vacíos".

Cuando apaga luces y máquinas de su taller, Jorge Duque comparte con sus amigos o familia y disfruta con la gente que quiere. Asegura haber aprendido que todo es tan inverosímil que no sabe qué esperar, por lo que no se dedica a planear a fondo lo que le ocurre.