Martha Lucía Escobar Muñoz, a sus 54 años, es cabeza de familia y vive con sus dos hijos en una pequeña y humilde vivienda ubicada en el barrio Estación Norte de esta población risaraldense.
Ella será una de las 2 mil personas beneficiadas con la Formación en Manejo de Máquinas Electrónicas de Confección Industrial que el SENA ofrecerá durante los dos próximos años, con el fin de dar respuesta efectiva a los empresarios de la confección textil en esta parte del país que requieren de manera urgente recurso humano capacitado.
Esto será posible gracias a las 175 máquinas electrónicas para confección textil que el gobernador de Risaralda, Carlos Alberto Botero López, le entregó a la entidad más querida por los colombianos.
Se formarán 2 mil personas para que puedan acceder a los puestos de trabajo que son requeridos por los empresarios de la industria en el Eje Cafetero.
“Esta es una palabra cumplida con la comunidad de La Virginia”, expresó el mandatario regional al manifestar su complacencia por ser el SENA quien liderará el proceso formativo.
“Las máquinas son de última tecnología pues no tienen el motor en la parte baja para manipularse con los pies sino que lo contiene el mismo equipo en la parte superior, esto facilita su manejo y agiliza la producción de prendas de vestir, en un 50 por ciento, con respecto a las convencionales”, explicó el instructor Pedro Antonio Gómez Calderón.
Las máquinas se instalaron en el popular Centro de Acopio del municipio de La Virginia, que en lo sucesivo se denominará Centro de Formación en Confección Industrial de Risaralda.
En dicho sitio, el SENA ha capacitado a los virginianos en varios programas de formación como el curso de operarios en manejo básico de máquina plana y en los que se utilizaban máquinas muy sencillas facilitadas por la empresa INCOCO, una de las más tradicionales de la región y que le maquila a Alberto VO5.
El costo de las modernas máquinas recibidas por el SENA ascendió a 1.100 millones de pesos. Así se cierra una brecha porque las máquinas en las que aprendían antes las señoras eran convencionales y al llegar a las fábricas de prendas de vestir tenían que aprender a manejar máquinas electrónicas.
Por ello, la meta es formar, en dos años, a 2 mil personas no solo de La Virginia sino del corregimiento de Caimalito de Pereira, como operarias realmente competentes; pues como lo afirma Diego Pineda, presidente de la empresa textil Co y Tex de Dosquebradas, y que maquila prendas de vestir para la marca Arturo Calle, requieren de primera mano 400 operarios de máquina industrial de confección.