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Sobre el exuberante verde de los llanos de la Finca El Caimán y acompañado del majestuoso firmamento, pastorear el ganado, sembrar pasto, manear, ordeñar las vacas y cuidar de  terneros y caballos fueron desde niño las actividades que llenaban de gozo la vida de Libardo Andrés Castaño Márquez, un joven de 28 años para quien el campo es su gran pasión, a la que dedica parte de su tiempo, pese a su condición de discapacidad: es sordo de nacimiento.

Con familia de tradición ganadera, aprendió de sus padres Libardo y Denis, quienes pensaron que su dificultad de habla era por ser niño mimado y en aquella época (1993) aun no entendían su dificultad de habla y escucha, los oficios y labores básicas de la finca que disfrutaba junto a su hermano Jesús, en especial cuando se trataba de cuidar y jugar con los terneros y caballos.

"Hoy cuando escucho algunos sonidos gracias al audífono que tengo, entiendo que los movimientos de los animales y los rostros sonrientes de mis hermanos eran para mi motivo de alegría, jugaba, saltaba y les ayudaba en las labores de la finca y eso me hacía feliz", manifiesta Libardo a través de palabras pausadas que con el tiempo ha aprendido a pronunciar.

SU FAMILIA Y GRANDES RETOS

 Al entender que el pequeño Libardo no hablaba porque tampoco escuchaba, se realizaron los procedimientos médicos del caso y le fue diagnosticada sordera de tipo sensitivo, lo que significa que es tipo de personas  se expresa de acuerdo a lo escucha, iniciándose con ello un reto que la  familia decidió asumir con entereza y dedicación.

"Al muchacho había que sacarlo adelante; decidimos llevarlo al colegio y para sorpresa de todos se destacó en el estudio, además contamos con el apoyo del hermano mayor y de sus grandes amigos: Diego, José Ángel, Heliud y 'Chispy', que siempre lo apoyaron ", dice el protagonista de esta historia, quien recuerda que las vacaciones eran en la finca trabajando.

Pasados los años de estudio, que complementaba con las arduas labores de trabajo en la finca de sus padres, ubicada en la vereda Caimancito Medio de esta jurisdicción, Libardo logró en 2006 el título de bachiller comercial otorgado por la Institución Educativa Sagrados Corazones.

CON EL SENA, SE FORMÓ Y PROYECTÓ SU FUTURO

"Era la primera meta cumplida, pero no me iba a quedar ahí; conocí a través de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA) las formaciones del SENA y me dije: 'este es el camino, aprender más sobre el campo', que era lo que realmente quería hacer y donde realmente me siento mejor", agrega emocionado Libardo.

En la Entidad inicialmente realizó algunos cursos cortos, como Manejo de Empresas Ganaderas, Inseminación Artificial, Principios de Agricultura Ecológica, Emprendimiento Socio-Comunitario, formaciones que le sirvieron para lo que sería su posterior aventura en el Centro Tecnológico de la Amazonía.

Sandra Fajardo, médico veterinaria fue su instructora en 2010, en la carrera técnica en Mayordomía de Empresas Ganaderas. Ella explica que se encontró con "un joven dinámico, trabajador, que tenía conocimiento del tema, pero que siempre demostró interés por aprender cada día más y se hacía entender con sus gestos y algunas palabras".

Alterno a sus labores académicas, Libardo continuó trabajando al lado de sus padres. Su interés por el desarrollo del sector agropecuario le permitió concluir en 2014 una nueva formacion técnica: Producción Pecuaria; en esta fortaleció sus conocimientos en el manejo de bovinos, porcinos, suelos, planos sanitarios y administración de predios y emprendimiento, motivándose mucho por este último tema.

NACE EL CAIMÁN

Con el conocimiento y la experiencia exitosa como emprendedor de su amigo John Jairo Molano, Libardo llegó con una idea de negocio a la Unidad de Emprendimiento del SENA en la Regional Caquetá.

Allí, asesores acompañaron su proceso para formular lo que hoy en día es su empresa, El Caimán,': un modelo de ganadería doble propósito (carne y leche), amigable con el ambiente y con el bienestar animal.

Con los recursos de capital semilla asignados –cerca de 120 millones de pesos–, "en 40 hectáreas de tierra trabajamos con 35 vacas; se trata de un modelo de ganadería semiintensiva con ordeño mecánico al día y un sistema rotacional de los animales en los potreros para incrementar la productividad de las pasturas y los bovinos", cuenta el emprendedor que  además construyó el corral de su finca con llantas recicladas e implementó un biodigestor para el aprovechamiento y generación de energías limpias.

Para regiones como Caquetá, pasar del modelo tradicional de ganadería extensiva al semi-intensivo es innovador, por cuanto incrementa la productividad de las fincas y se mejoran las condiciones ambientales de los terrenos.

Según Guillermo Andrés Hernández, gestor de emprendimiento, quien ha acompañado a Librado en su plan de negocio, "esta experiencia es positiva para el departamento por cuanto el modelo a implementar permitirá  incrementar la producción de leche, pasando de 150 a 200 litros diarios aproximadamente".

En el hato ganadero El Caimán, en donde es el gerente, la fortaleza es la implementación de sistemas sostenibles, tecnificados con implementación de técnicas que permiten la eficiencia productiva mediante la inclusión de razas altamente adaptadas al medio y altos niveles de producción con respecto a la producción tradicional.

"Historias de inclusión social como la de nuestro aprendiz campesino y discapacitado que se convierte en empresario nos llena de satisfacción porque con su empresa dinamiza la economía y genera empleo", asegura José Delby Vargas Gutierrez, director de la Entidad en Caquetá.

En El Caimán a donde se llega por vía carreteable tras cuatro horas de recorrido, además de Libardo tienen trabajo un mayordomo, dos auxiliares, un médico veterinario y el contador.

Las metas a mediano plazo son tener doble ordeño, producción de queso con leche hervida y venta de sus productos empacados al vacío.

Así mismo –manifiesta Libardo– "a largo plazo, con dedicación, esfuerzo y el apoyo del SENA, el propósito es certificarnos en Buenas Prácticas Ganaderas y proyectarnos como despensa regional genética de vacas tipo leche".

Con su historia, este joven demuestra que con disciplina y esfuerzo es posible hacerse escuchar. Con su empresa proyecta su futuro.​