Lo que muchas personas consideran desechos sin valor, que se arrojan a la basura, para personas como Raúl Uribe Díaz son un recurso invaluable que representa ingresos y una forma de vida.
Levantar una familia y ser parte de una comunidad que aprende el valor del trabajo en medio de los desechos no ha sido una tarea fácil para Raúl y las 800 familias que crecieron en Navarro, sector de la ciudad de Cali donde durante más de 27 años fueron depositados a diario más de 3 mil toneladas de basura, procedentes de los municipios de Cali, Yumbo y Jamundí.
Este caleño de 43 años de edad inició el reciclaje desde muy temprano, a los siete, cuando acompañaba a su mamá y padrastro durante las jornadas de recolección. Pasados el tiempo conoció a quien sería su esposa, también recicladora, y madre de sus cuatro hijos, que gracias a este oficio pudo educar hasta convertirlos en bachilleres.
De sus 35 años en el reciclaje, Raúl Uribe pasó 27 en Navarro, tiempo en el cual aprendió el valor de los desechos y que incluso desde sus hogares, las personas pueden contribuir al medio ambiente implementando la separación de los residuos sólidos.
La Fundación Tecnisólidos beneficia en forma directa a 11 personas y a 23 recicladores que llevan a espacios como las unidades residenciales donde desarrollan su labor.
En 2008, cuando Navarro fue clausurado, 11 recicladores –entre ellos Raul Uribe– se organizaron y acudieron a las instancias legales con el objetivo de lograr mejorar sus condiciones de vida. Producto de ello, la Corte Suprema de Justicia profirió la sentencia T-291 por medio de la cual se ordenó a la Administración Municipal de Santiago de Cali gestionar ante el SENA la puesta en marcha de planes de capacitación y elaborar una propuesta socio empresarial con los recicladores de Navarro.
Al ser favorecido por la sentencia, el grupo de recicladores recibió capacitación del SENA, por intermedio de su Centro Nacional de Asistencia Técnica a la Industria, como técnicos en Manejo de Residuos Sólidos y posteriormente conformaron la empresa Tecnisólidos. “La formación nos abrió muchas puertas. Nunca desistimos y hoy sentimos que nuestra labor es placentera”, apuntó Raul.
Precisamente el SENA firmó una alianza con Tecnisólidos, cuyo objetivo es incluir socialmente a la empresa, permitiéndole el manejo, clasificación y distribución de todos los desechos sólidos (cartón, papel reciclado, botellas, bolsas, plástico, vidrio y chatarra), generados por la institución en sus diferentes sedes en el Valle del Cauca.
“La generación de residuos sólidos, sólo en el Complejo Salomia, asciende a 2266 kilos mensuales, los cuales son clasificados por nuestra Fundación Tecnisólidos”, agregó Raúl, a lo que añadió: “La idea que tenemos ahora es transformar la materia orgánica para crear un compostaje que permita disminuir el volumen del residuo vegetal y aprovecharlo como abono natural”.
Tecnisólidos también apoyará al SENA participando en actividades como la caracterización de los residuos sólidos, el mejoramiento de la unidad técnica de almacenamiento y el desarrollo de diferentes tipos de propuestas para mejorar el desempeño ambiental.
“Ha sido tan importante el aporte que ellos están brindando a la recuperación del ambiente, que se continuará la cadena de formación en el nivel de Tecnólogo en Control Ambiental”, informó Claudia Becerra, de la Coordinación de Formación Profesional del SENA en el Valle del Cauca.
Por su parte, Alexander Ortiz Monroy, representante legal de Tecnisólidos, afirma que “organizarse como empresa es muy importante ya que muchas personas e instancias como el SENA están con nosotros y nos brindan su apoyo. Hemos logrado trabajar la acción ambiental de muchas campañas”.
La Fundación Tecnisólidos beneficia en forma directa a 11 personas y a 23 recicladores que llevan a espacios como las unidades residenciales donde desarrollan su labor.
Los centros de formación del SENA en Cali permanentemente apoyan grupos de recicladores de la ciudad, capacitándolos en diferentes programas. Otro caso de éxito fue el realizado por el Centro de la Construcción, que recientemente certificó a un grupo de 15 recicladores, padres e hijos, en el Técnico en Revestimiento, Pintura Arquitectónica y Acabados.