Cuando era niña, Kelly Blanco, aprendiz de Técnico en Cocina, y sus hermanos, salían a las calles del municipio de Galapa (Atlántico) a buscar arboles de cañandonga para que su abuela, con el fruto, realizara una bebida para el desayuno familiar. De ella aprendió las diferentes preparaciones de este producto, uno de los que empleó en el concurso ‘Escuelas de cocina’ –realizado hace un par de semanas– en el que obtuvo el segundo lugar.
Ese certamen, que se realizada cada año, promueve el uso de los ingredientes tradicionales y estimula la creatividad de los estudiantes de diferentes escuelas de cocina del país.
“Mi plato evocaba la cocina de las abuelas, por los ingredientes que tenía, pero fue gracias a las técnicas que aprendí en el SENA y a las oportunidades que me ha brindado esta Institución que no solo me destaqué en la competencia, sino que estoy realizando mi sueño, uno que tengo desde los ocho años: innovar y resaltar los sabores de mi país”, aseguró Kelly, quien se forma en el Centro de Comercio y Servicios de la Regional Atlántico.
Como entrada preparó una chuleta de cerdo asada, en salsa de cañandonga con piña asada, y un picadillo picante; de plato fuerte, un bocachico en salsa de limón con un puré de ñame con queso costeño.
Cerca de 300 personas, en su mayoría madres cabeza de hogar, fortalecieron sus conocimientos en cocina con el SENA, que llegó con un aula móvil a diferentes lugares del Atlántico.
“En este concurso tuvimos en cuenta la preparación, organización, eficiencia, tratamiento del producto, dominio de técnicas y obviamente el sabor. Los dos platos de Kelly fueron los que más nos sorprendieron porque tenían ingredientes complejos”, dijo Alejandro Cuellar, chef colombiano y jurado del certamen.
‘SABOR AL BARRIO’
Floricel Bolaños llegó en 2008 a Barranquilla, víctima de desplazamiento forzoso junto con otras familias provenientes de El Becerril (Cesar); después de años de vivir en albergues y en viviendas improvisadas o cambuches salió adelante con su familia gracias a su talento culinario y el trabajo que realizaba en cafeterías y restaurantes. Actualmente es cocinera en un comedor comunitario en el Barrio Pinar del Río, de la capital atlanticense, que beneficia a 150 niños.
Como ella, cerca de 300 personas, en su mayoría madres cabeza de hogar, fortalecieron sus conocimientos en cocina con el SENA, que llegó con un aula móvil de Gastronomía a barrios populares de ‘La arenosa’ y demás municipios del departamento para formar y promover los valores culinarios del caribe.
“Lo bueno es que vienen hasta acá al barrio y le enseñan a uno las técnicas y cómo manipular los alimentos; ayudan a corregir a uno las cosas que de pronto ha venido haciendo mal en la cocina. Estoy muy feliz porque además de tener mi primer certificado del SENA, sé que lo aprendido me ayudará a mejorar la calidad de la comida que producimos para los niños”, aseveró Floricel, de 40 años, quien aprendió junto con 40 mujeres más del suroccidente de Barranquilla a hacer mote de queso, limonada de coco y dulce de leche.
“Con formación contribuimos a conservar la identidad y las ricas tradiciones de nuestros pueblos, además de brindar al sector productivo talento humano calificado, innovador, con ganas y potencial para emprender; esto impulsa el desarrollo de la industria alimenticia y fortalece el turismo gastronómico”, explicó Jacqueline Rojas Solano, directora regional del SENA.
Además de Pinar del Río, el aula móvil estuvo en barrios como la Playa y el Ferry de Barranquilla, y a las poblaciones de Tubará, Sabanalarga y Puerto Colombia