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    El sabor de la innovación

    Mosquera (Cundinamarca)
    viernes, 13 de mayo de 2016
    Helados de la Sabana es una unidad de negocio apoyada con recursos de capital semilla por Fondo Emprender. La empresa vendé sus productos en municipios de Cundinamarca y en Bogotá.
    El sabor de la innovación
    ​Helados de la Sabana produce sabores variados con pulpas de fruta como mango biche, gulupa, fresa, mora, piña, y proyectan elaborar helados de uchuva y coctel de frutas.​
    Los Helados de la Sabana se han convertido en el deleite de sus clientes; ellos disfrutan de una fórmula que elimina los cristales de hielo, haciéndolo más suave al paladar, y el uso de pulpas 100 por ciento naturales, como el mango biche, el cual disfrutan con una pizca de sal.

    Helados de la Sabana es una unidad productiva de propiedad de Ricardo Molano, quien con su innovación alcanza una producción mensual de 8 mil helados; su meta es llegar a 13 mil. La marca recibió recursos de capital semilla de Fondo Emprender por 68 millones de pesos.

    Para consolidar su empresa, de la que hacen parte su esposa y sus dos hijas, Ricardo tuvo que sortear algunos obstáculos, que se remontan a 2008 cuando tuvo que desplazarse desde el departamento de Tolima debido a los brotes de violencia causado por grupos al margen de la ley; estos pusieron en peligro su vida y la de su familia.

    “Llegamos a Villavicencio (Meta); fue una experiencia difícil, con poco dinero en los bolsillos para alimentarnos y para hallar una vivienda digna; recuerdo que al comienzo dormíamos sobre cartones”, comentó Ricardo.

    Estos helados se han convertido en el deleite de sus clientes; ellos disfrutan de una fórmula que elimina los cristales de hielo, haciéndolo más suave al paladar, y el uso de pulpas 100% naturales.​​​​

    Conocer una nueva cultura en un entorno desconocido fue uno de los obstáculos que tuvo que superar la familia Molano.

    Pensando en continuar con el oficio de hacer helados, que aprendió de forma empírica, este emprendedor dejó un pequeño monto de dinero para comprar un guacal de mangos y azúcar; así elaboró 300 helados que vendió con éxito un Viernes Santo, frente a la Catedral Nuestra Señora del Carmen.

    Sus helados pronto se posicionaron en el gusto de los clientes, lo que le permitió mejorar su calidad de vida. Después acudió con su familia a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, donde a través de una pastoral social recibieron ayuda económica por 1,6 millones de pesos, dinero con el que Ricardo diseñó una máquina que producía 100 helados cada hora. 

    “Me animé por las ventas alcanzadas y comencé a averiguar cómo podía recibir la formación que tenía el SENA. Inicié con cursos cortos, como Emprendimiento Social, Documentación en Buenas Prácticas de Manufactura, Agricultura Orgánica, Profundización en Finanzas y Manipulación de Alimentos; esto me ayudó a ponerme nuevas metas”, explicó el emprendedor tolimense.

    Con mejores condiciones económicas, Ricardo se trasladó a Bogotá en 2012; Acción Social les ayudó con la reubicación y ellos continuaron con el negocio de los helados, al tiempo que sus hijas, Paula Alejandra y Erika Lorena, optaron por formarse en el SENA. 

    “Mi hermana se formó en Control de Calidad de Alimentos y yo lo hice en Administración Empresarial; sin duda esta fue una excelente elección por que nos ha servido para impulsar la empresa”, señaló Erika Lorena Molano Parra, quien actualmente se desempeña como gerente de Helados de la Sabana.

    Con el paso del tiempo, Ricardo se enteró de una actividad que iba a realizar el SENA en Subachoque (Cundinamarca); allí expuso su idea de negocio de producción de helados ante el área de emprendimiento, donde recibió asesoría para presentar su proyecto ante Fondo Emprender. 

    En junio de 2015 recibió el capital semilla que le permitió establecer la planta de producción en el Parque Agroindustrial de la Sabana, de Mosquera.

    “Helados de la Sabana es otra de las experiencias con las que demostramos que nuestro apoyo contribuye a la apertura de nuevos espacios para la población víctima del conflicto”, dijo el director de la Regional Cundinamarca del SENA, Gustavo Adolfo Araque.

    Actualmente Helados de la Sabana genera siete empleos directos y cerca de 20 indirectos.

    “Con mi esposa nos encargamos de la planta en general, mi hija Paula Alejandra es la jefe de producción y Erika Lorena es la gerente; tenemos dos vendedores para el comercio  y un contador”, agregó Ricardo. 

    Helados de la Sabana provee sus productos a pequeñas y medianas tiendas e instituciones educativas de los municipios de Mosquera y los aledaños como Facatativá, Funza y Madrid. En Bogotá tienen 30 clientes y acaban de instalar una máquina dispensadora en el centro de formación del SENA en Villeta (Cundinamarca).

    La proyección que tienen es llegar a ser exportadores y utilizar empaques biodegradables. Además “queremos tener una línea de producto totalmente orgánico y certificado para ser más competitivos en el mercado; también entrar a tiendas de grandes superficies y expandir la planta”, acotó Erika Lorena.

    Según Angélica Camacho, comercializadora de Helados de la Sabana, “la gente ya se acostumbró al particular sabor de los helados; el de mango biche con sal es uno de los que más me solicitan; no lleva conservantes ni químicos”.

    En sus cerca de 11 años de historia, Fondo Emprender ha apoyado más de 4.900 planes de negocio en todo el país, con recursos por 342 mil millones de pesos. ​

    Julio Rozo Garzón / LBF / agf
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