Dada la importancia de fomentar el desarrollo del sector rural en el país, el SENA se unió al proyecto ‘Fortalecimiento de agricultura familiar para abastecimiento de mercados institucionales’, impulsado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) y el Gobierno de Brasil.
En su fase piloto, la iniciativa ha fortalecido a 15 organizaciones de agricultura familiar en Carmen de Viboral, Granada y Cáceres (Antioquia), y Córdoba y Samaniego (Nariño). Estas organizaciones integran 324 familias que producen y comercializan arroz, fríjol, panela, tomate, cebolla y otras hortalizas.
“Las familias agricultoras son pioneras en el desarrollo de la seguridad alimentaria. Agradezco el trabajo del SENA como garante de estos procesos y actor vital del proyecto”, señaló Rafael Zavala Gómez del Campo, representante de la FAO en Colombia.
Durante el proceso, el SENA formó a los agricultores en materia de cultivos transitorios, cosecha y poscosecha, y comercialización de cultivos agrícolas.
De acuerdo con el PMA, el objetivo del proyecto es promover soluciones que permitan incrementar los ingresos y las capacidades empresariales de la agricultura familiar, mediante la vinculación como proveedores de programas de compras públicas de alimentos.
A lo largo del proceso, el SENA formó a los agricultores en materia de cultivos transitorios, cosecha y poscosecha, y comercialización de cultivos agrícolas. También se ha adelantado acompañamiento en la formulación de planes de negocio para formar futuras empresas.
“Con la formación que brindamos estamos aportando al mejoramiento de la producción agrícola de la regiones, tanto para el autoconsumo como el agronegocio; así los productores son más competitivos en el mercado y les garantizamos la compra de sus cosechas”, comentó Braulio Suárez, subdirector del Complejo Tecnológico para la Gestión Agroempresarial, con sede en Caucasia (Antioquia).
Por su parte, Manuel Mendoza, uno de los agricultores beneficiados, se mostró “muy agradecido” con el acompañamiento del SENA durante el proyecto. A sus 62 años, y pese a ser un agricultor de vocación, asegura que la formación recibida le sirvió para “curtirse” más en las labores del campo.
“Antes producíamos arroz solo para consumo propio; eran pequeñas cantidades que no alcanzaban para la venta. Hemos aprendido mucho sobre manipulación de alimentos, fertilización, empacado, y otros procesos que nos han permitido comercializar nuestros productos con entidades del Estado”, contó Mendoza, representante de la asociación Aprocampo.
Tras la socialización de los resultados del proyecto piloto, las entidades analizan la posibilidad de replicar esta iniciativa en otros municipios del país.