Enormes montañas pintadas de verde por la espesa vegetación, contrastadas con el inmenso azul del firmamento, son las primeras escenas que le dan la bienvenida a quienes deciden conocer los ancestrales caminos del resguardo indígena de San Lorenzo, en el occidente de Caldas.

Al entrar dentro del territorio se pueden descubrir desde cascadas que se deslizan en medio de la selva, hasta rituales liderados por médicos tradicionales Emberá Chamí que visten accesorios propios de su cultura.

En este lugar que está a 1.545 metros sobre el nivel del mar, también se pueden apreciar coloridas mariposas que dan la sensación de tener luz propia cuando aletean entre los rayos del sol y rústicas viviendas propias de la cultura cafetera.

Ahora, estos escenarios están al alcance de los colombianos a través de la Asociación de Informadores Turísticos (Asitur), creada por 25 Indígenas que se formaron como informadores turísticos, en el Centro de Comercio y Servicios del SENA en Caldas.