Cada amanecer brota una luz de libertad que se cuela entre los muros y termina por fundirse con los sueños y las esperanzas de 104 internas del Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Pasto. El tiempo, que antes pasaba lentamente frente a sus ojos, ahora se esfuma mientras enhebran una aguja y confeccionan uniformes, camisas, faldas y sudaderas. También, durante sus clases en salud sexual, espiritualidad y actividad física; música, danza y técnicas de pedicura y manicura.
Actualmente, Laura Granja*, de 45 años, paga una condena por falsedad material en documento público y estafa. Está a la espera que, en los próximos días, se lleve a cabo su última audiencia, “Espero que me den la suspensión de la pena. Después de estos tres años recluida quiero salir a la sociedad a trabajar en la confección de prendas con mi familia y mis hijas”, aseguró.
Hace siete años, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y el SENA celebraron un convenio para implementar programas de formación en las penitenciarías del país.
Laura y sus compañeras se levantan muy temprano y después del desayuno inician las labores de modistería, “Cuando empecé no sabía ni enhebrar una aguja. He participado en siete cursos de modistería y, definitivamente, la formación abre un nuevo horizonte. Nos reaviva y ofrece una nueva perspectiva sobre la vida. Creíamos que la sociedad nos tenía olvidadas pero nos encontramos con una iniciativa que reafirma la voluntad que tenemos de cambiar y superarnos”, expresó Miriam Delgado*, otra de las reclusas.
80 mil internos de diferentes penales, ubicados en cárceles del país, se forman en 211 carreras técnicas y tecnológicas en programas de Elaboración de Muebles Modulares en Madera, Sistemas, Panadería, Repostería, Recreación y Deportes.
También reciben formación en oficios que son requeridos por la industria nacional y que tienen una gran demanda en el sector de la construcción, hotelería, turismo, tecnología y el entretenimiento.
“Muchos internos se preparan para recobrar su libertad y una buena manera de hacerlo es contar con los conocimientos necesarios para crear pequeñas microempresas”, expresó Miriam Cecilia Ramos Cabrera, coordinadora de los programas académicos del Establecimiento Penitenciario y Carcelario en Pasto.
Laura Granja y Mirian Delgado están llenas de esperanza y se imaginan un mundo productivo de la mano de la confección. Mientras llegan a él, enfocan sus pensamientos entre los hilos, las agujas y las telas.
*Los nombres de las internas han sido modificados por petición de las entrevistadas.