De acuerdo con la funcionaria, este es proceso que implica una inversión de trabajo por parte de los validadores del SENA y la decisión de las comunidades de certificar un conocimiento tradicional. Por eso reconoció la importancia de esta apuesta. 

“Lo que hemos compartido es algo muy importante, porque desde el SENA siempre nos hemos desplazado para encontrarnos con las comunidades más remotas de la geografía colombiana, las cuelas saben que cuentan con la Entidad para poder certificar sus conocimientos e ingresar a formarse en carreras técnicas. Pero también, para iniciar procesos a través de unidades productivas con SENA Emprende Rural o el Fondo Emprender.”, indicó.

Dijo además que es muy valioso que las comunidades indígenas acepten este tipo de oportunidades por el hecho de mejorar sus competencias y su técnica, las cuales se traducen en una acogida real en el mercado y una valoración positiva en términos monetarios. “Esta es una muestra de que el SENA está vinculada permanentemente con las comunidades, pero respetando cada uno de los activos bioculturales que desarrollan. Lo que hace el SENA es acompañar todas las habilidades y competencias que surgen de estas regiones”, manifestó. 

Los artesanos certificados pertenecen a las comunidades indígenas Nukak, JYW, Tucano Oriental (Tucano, Desano, Siriano, Carapana, Wanano, Bará, Barasano, Tuyuca, Piratapuyo, Cubeo y Tariana), del departamento del Guaviare, quienes trabaja las palmas de goruma, de cumare y de moricha, y el de bejuco yaré. Los productos que fabrican están relacionados con la cestería (escobas, canastos, esteras), bolsos, tejeduría, vestidos, coronas y adornos para la cabeza, entre otros. 

Para Irene Vasconcelo Caicedo, líder del resguardo indígena - capitana del pueblo indígena Oriental-, este proceso de validación resulta de enorme importancia por todo el apoyo que han tenido por parte del SENA. "Estamos muy agradecidos por el apoyo a la tradición de nuestros abuelos. Es un honor recibir esta certificación por nuestra labor", indicó

Por su parte, Irma Pinzón, instructora del SENA, quien se encarga de evaluar las competencias, señaló que esta es una labor en la que la Entidad ha mostrado un interés muy especial por atender a las comunidades indígenas. No en vano suma más de seis años trabajando con esta población.

Explica que el sistema que se adelanta con los indígenas es diferente al que se lleva con el resto de personas que se certifican con el SENA por cuenta de las distancias entre la ciudad y los resguardos. Por eso se trasladan hasta esos lugares para hacer la socialización de la norma, las inscripciones y la práctica del oficio y la labor artesanal, para luego verifica el desempeño. "Se les guía en el cuidado de las materias primas, las herramientas y la salud y las pausas activas", contó la instructora. 

“Ha sido una gran fortuna que el SENA haya mirado a esta clase de población, y la importancia es tal, que las comunidades lo toman de igual manera. Pero lo interesante es el avance en su formación. Por eso han logrado estabilizar ciertos requerimientos para la calidad, cierta formalidad para la presentación de los productos, y a los mercados ahora se llega con una estrategia de atención al cliente. Y finalmente la ayuda desde la APE, pues han logrado dejar sus nombres, su trayectoria y su experiencia como una posible oportunidad seguir trabajando y enseñando para que la tradición y el oficio artesanal perduren en el tiempo”, agregó. 

Es de anotar que el SENA, en lo corrido de 2017, ha entregado 54.022 certificaciones por competencias laborales, entre las que se destacan Transporte, Gestión administrativa, Servicio a la salud, Seguridad y vigilancia privada, Gas, Agua potable y saneamiento básico, Procesamiento de alimentos, Construcción e infraestructura y Sector educativo. En 2016, las certificaciones sumaron 150.515.