Por medio de un trabajo de investigación de análisis de los suelos álgidos o secos, aprendices e instructores del Centro Internacional de Producción Limpia Lope de la Regional Nariño, avanzan en comprobar que por medio de la utilización del compostaje orgánico se pueden recuperar suelos 'muertos' para la siembra de forrajes y cultivos de mejor calidad.
El proyecto inició con la utilización de 25 toneladas de abono orgánico en un área de suelos secos donde, por sus características, no se podían realizar trabajos agrícolas.
Otro de los resultados obtenidos en este proyecto, en el que participan 40 jóvenes de los programas Producción Agrícola y Abonos Orgánicos, fue el tiempo entre la siembra y la cosecha.
"Los suelos del centro de formación son de tipo arcilloso difícil de manejar; por medio de este trabajo experimental se demuestra cómo el abono orgánico permite mejorar la producción del forraje de los cultivos y su calidad, como también que el color del cultivo sea más intenso", indicó el instructor Rafael García.
El avance en recuperar tierras álgidas se logra a través de nutrientes del compostaje y elementos adicionales como la bovinasa, porquinaza, cuyinaza, entre otros, sumado a los microorganismos eficientes (lombrices), capturados por los mismos aprendices quienes lo multiplican y lo adicionan al abono.
Otro de los resultados obtenidos en este proyecto investigativo en el que participan 40 jóvenes de los programas Producción Agrícola y Abonos Orgánicos, fue el tiempo entre la siembra y la cosecha. Normalmente un cultivo de maíz de este tipo tarda alrededor de seis meses para florecer, mientras que con el proyecto se disminuyó el tiempo a tan solo cuatro.
Para el subdirector del Centro Internacional de Producción Limpia Lope, Jairo Enrique Lasso Medina, "estos procesos de investigación permiten avanzar con nuevas herramientas para recuperar tierras álgidas y entregar los conocimientos a nuestros agricultores para que superen crisis que acontecen sobre todo en época de verano".
El sector agrícola es para Nariño el que mayor aporte hace al Producto Interno Bruto (PIB). Se estima, según el Plan de Desarrollo Departamental, que existen en la región 201 mil hectáreas para cultivar, de las cuales 70 mil correspondieron a cultivos transitorios, 12 mil a cultivos anuales y 119 mil a cultivos permanentes. Entre los transitorios se destacan el arroz, maíz, frijol, papa y hortalizas.