Cuando el planeta entero celebra el Día Mundial del Riñón, un grupo de 23 aprendices del SENA, futuros técnicos en Cocina, hace su aporte a la prevención y el tratamiento de la Enfermedad Renal Crónica. Los jóvenes presentaron un portafolio de menús en el que trabajaron durante los últimos seis meses.
El ejercicio, fruto del proceso de formación adelantado por ellos, derivó en una propuesta agradable al gusto y a la vista y saludable para los pacientes de esta enfermedad que –según la Asociación Colombiana de Nefrología– han aumentado por la falta de información sobre la patología, considerada como un enemigo silencioso.
"Cada día hay más pacientes con Enfermedad Renal Crónica, infortunadamente en estadio terminal. Alrededor de uno de cada diez colombianos puede tener algún grado de enfermedad renal, más de 20 mil se encuentran en tratamientos de diálisis y hay cerca de 3.500 trasplantados", aseguró Adriana Robayo, miembro de la Asociación Colombiana de Nefrología.
La propuesta de los jóvenes consiste en preparar alimentos agradables de sabor y especiales para los enfermos, quienes deben controlar el consumo de líquidos y alimentos ricos en fósforo, potasio y sodio, lo cual hace que –según los expertos en la materia– ésta sea una de las dietas más difíciles de manejar.
“Es complicado que el paciente entienda la importancia de la alimentación dentro de su tratamiento renal, porque la ve con muchas limitaciones; sin embargo hemos comprobado que se puede comer rico y con variedad”, dijo María Clara Mejía, nutricionista de la Unidad Renal Nefrouros.
Las estadísticas relacionadas con esta patología, aunque son escasas y difíciles de encontrar, dan cuenta de una problemática que aumenta día a día.
CALIDAD DE VIDA
Las estadísticas relacionadas con esta patología, aunque son escasas y difíciles de encontrar, dan cuenta de una problemática que aumenta día a día, de la mano de otras dolencias como la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
“Al comienzo, uno se afecta mucho sicológicamente; es duro pero no imposible aceptar el cambio de vida. Hoy le doy gracias a estos chicos que nos presentan una alternativa no sólo para pacientes renales, sino para tantos enfermos que hay”, comentó Nohora Valderrama, una mujer de 59 años, paciente renal desde hace cinco, quien se ha sometido a hemodiálisis durante los últimos dos.
Por ello, el trabajo adelantado por los aprendices SENA se convierte en una salida para esta población.
“Estamos orientando no sólo la formación en Cocina, para fortalecer la seguridad alimentaria, sino para darles respuesta a requerimientos especiales, para pacientes que tienen necesidad de consumir ricos alimentos, bien presentados, bien balanceados, pero sin que les produzcan alguna afectación”, explicó el director de la Regional Huila del SENA, Luis Alberto Tamayo.
De acuerdo con el funcionario, el propósito es ampliar la variedad de las comidas para este tipo de personas, quienes deben someterse a una dieta rigurosa con tal de preservar su estado físico y garantizar un buen nivel de vida.