La arawana es cultivada y exportada desde el Caquetá a países como China y Japón; en esta labor y a través de la formación tecnológica en Acuicultura, impartida por el Centro Tecnológico de la Amazonía, los aprendices del SENA trabajan con las pequeñas empresas piscícolas de la región.
En su etapa práctica, los aprendices son los encargados de acompañar a 30 piscicultores en el proceso de cultivo y levante de esta especie mitológica conocida como el pez dragón.
“Sabemos que en Oriente cada familia quiere tenerlo en sus acuarios. Nosotros los cultivamos y semanalmente enviamos entre 500 y 1.000 unidades a un agente exportador que desde Bogotá las lleva a Asia”, manifestó Luz Nancy Quintero, directora de la Asociación de Acuicultores del Caquetá.
Este pez ornamental es alargado, comprimido lateralmente, con dos barbillas en los labios; el macho es el encargado de incubar las crías en la boca, para salvarlas de las condiciones externas que las puedan afectar. Cada mes los aprendices sacan estas crías y las depositan en estanques; cuando llegan a un tamaño de 8 a 10 centímetros son exportadas.
Se busca consolidar el proyecto –presentado en Agroexpo– a través del fortalecimiento de unidades productivas de aprendices. De esta manera ellos mismos exportarán el pez.
A mediano plazo se pretende consolidar el proyecto, por cuanto la idea es lograr ser exportadores directos, ya que existe interés de empresarios asiáticos de llevar anualmente un millón de unidades de la especie; de esta manera, aprendices fortalecerán sus unidades productivas para que ellos mismos exporten la arawana.
Uno de esos aprendices es Miller Gómez, del Centro Tecnológico de la Amazonía, quien fue seleccionado para representar al Caquetá en la XIX versión de la Feria Nacional del Sector Agropecuario (Agroexpo), que teminó ayer en Bogotá. Allí, el aprendiz fue el encargado de presentar los avances que tiene la región en cuanto al cultivo y comercialización de este especie.
Sobre esta experiencia, Miller señaló que “estamos desarrollando un proceso interesante, que hay que mostrar en el país”.
En la actualidad una arawana puesta en Bogotá tiene un precio de 2 mil pesos, pero en los países asiáticos ésta se comercializa entre tres y cuatro dólares.
“Desarrollamos un trabajo de conservación del animal, que en Asia es protegido. Además es una oportunidad de empleo, porque el proceso está creciendo y día a día se envían más peces para los japoneses y chinos”, afirmó Gómez.
La experiencia de cultivar peces ornamentales para su conservación es una actividad de la que son pioneros en el país los acuicultores caqueteños, quienes consideran a los aprendices del SENA como parte fundamental de esta cadena productiva que deja dividendos importantes para la región.
El año anterior se exportaron cerca de 30.000 mil arawanas del Caquetá.