Aprovechando el potencial de bosques y la tradición maderera que caracteriza al suroriente antioqueño, el SENA formará a 45 ciudadanos, entre quienes se encuentran campesinos que se vieron obligados a desplazarse y reinsertados de grupos guerrilleros.
Los aprendices fabrican 200 camas que entregarán próximamente en un acto público, como símbolo de reparación a las personas afectadas por la violencia que por más de una década azotó esta zona del departamento.
Igualmente, se apunta a la futura conformación de una ruta de la madera, la cual generará empleo para el corredor del oriente, conformado por los municipios de San Francisco, Marinilla, Cocorná y San Luis.
Según uno de los reinsertados, quien prefirió omitir su nombre por seguridad, “después de estar ocho años en las filas de la guerrilla, ahora por fin tengo una oportunidad de aprender un oficio que me impulsa a salir adelante haciendo las cosas bien y sin delinquir”.
La formación, que inició hace cuatro meses, cuenta con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional de los Ríos Negro y Nare (Cornare), quen ha donado la madera decomisada en operativos de la zona para que sea aprovechada por los aprendices; la Cooperativa Pio XII, que ha respaldado el proceso de resocialización y retorno, y la Alcaldía municipal, que ha impulsado el Centro de Formación para el Empleo, en el cual se dictan los cursos.
San Francisco es conocido, infortunadamente, por los hechos violentos de grupos armados ilegales y por ser uno de los municipios con mayor número de minas antipersonales sembradas.
Para Luis Escobar, alcalde de San Francisco, “estamos convirtiendo nuestro Centro de Formación para el Empleo en un espacio para que los jóvenes salgan adelante sin hacer parte de la ilegalidad y consoliden sus unidades productivas, aportando al proceso de resocialización y retorno de nuestra gente”.
Alcides Jiménez, un campesino que retornó a la zona, explicó que “es muy importante que tanto retornados como reinsertados estemos trabajando juntos por el bien común; eso es algo que nos pone felices, así como cuando fabricamos algo que le servirá a la gente”.
Hasta el momento, son tres los proyectos que se han derivado de este grupo y que esperan desarrollarse como unidades productivas: fabricación de cocinas integrales de interés social; elaboración de fachadas, puertas y ventanas destruidas por el conflicto; y restauración de muebles.
San Francisco es conocido, infortunadamente, por los hechos violentos de grupos armados ilegales y por ser uno de los municipios con mayor número de minas antipersonales sembradas.
Según los dos últimos censos del Departamento Administrativo nacional de Estadística (DANE), se evidenció el desplazamiento de los habitantes de esta población, que pasó de tener 12.500 habitantes en 1993 a 5.939 en 2009. En los últimos dos años se ha registrado oficialmente el retorno de 205 familias.