Generar un ingreso extra para mejorar las condiciones de vida y trabajo de los recolectores de café, es uno de los objetivos de la certificación en Comercio Justo que recibió la primera finca cafetera del país y una de las tres primeras en el mundo que accede a este sello.

Los estándares Fairtrade (Comercio Justo) exigen varios requisitos para otorgar la certificación, entre ellos oportunidades de formación para los trabajadores, ausencia de toda práctica discriminatoria respecto al empleo, del trabajo infantil y de cualquier tipo de trabajo forzado, acceso a procesos de negociación colectiva y libertad sindical, y condiciones adecuadas de seguridad y sanitarias.

Se estima que en Colombia existen cerca de 800 mil recolectores de café, de los cuales unos 150 mil trabajan en el Eje Cafetero.

“Con esta certificación recibiremos una prima que consiste en 20 centavos de dólar por cada libra de café que se venda con el sello y que debe ser invertida en la calidad de vida del trabajador”, explicó Eliover García Ríos, quien desde hace dos años administra los cuarteles en donde se alojan los recolectores de la Hacienda Venecia, la primera certificada.

La certificación también contempla prácticas agrícolas respetuosas del medio ambiente, como uso reducido y seguro de agroquímicos, un manejo apropiado de residuos, el mantenimiento de la fertilidad del suelo y de los recursos hidrológicos, y el no uso de organismos genéticamente modificados.

Durante cerca de tres décadas la certificación de Comercio Justo, se enfocaba en beneficiar a los pequeños caficultores asociados en cooperativas para fomentar relaciones más transparentes y directas con los compradores. Recientemente la organización Comercio Justo, de Estados Unidos, presentó el plan piloto ‘Comercio justo para todos’ para que las fincas de mayor extensión también pudieran acceder, como es el caso de esta hacienda, que en temporada de cosecha puede emplear entre 350 y 500 trabajadores.

Por esta razón esta finca productora y exportadora de café buscó la orientación de la Red de Gestión Empresarial de la Regional Caldas del SENA, que los asesoró en aspectos de gestión administrativa con el propósito de alcanzar la certificación.

“Encontramos apoyo en todo el capítulo de fortalecimiento empresarial con asesorías y talleres de sensibilización en donde nos brindaron todo un seguimiento a ese proceso que había que hacer para estudiar y entender la norma, y transmitirla a los demás”, afirmó Juan Pablo Echeverry, gerente general de la Hacienda Venecia.

El siguiente paso es esperar la próxima cosecha para tener las primeras ventas con el sello Comercio Justo, certificación que ya atrae comercializadores internacionales.​