En Colombia se apoya cada vez con más fuerza a los innovadores en el diseño y creación de robots o aplicaciones que le aporten a la sociedad en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
Un ejemplo de esta innovación y avance en la ciencia robótica es el soporte dado al grupo de investigación de automatización y control de la Universidad de Pamplona, por parte de TecnoParque Nodo Ocaña, en la creación de un androide asistencial para personas con limitaciones de movilidad.
El brazo cuesta diez millones de pesos; uno hecho en Estados Unidos está alrededor de los 11 mil dólares –unos 19 millones de pesos, aproximadamente–.
“El proyecto consistió en la construcción de un brazo robótico asistencial con cuatro grados de libertad, que mediante comandos de voz realiza tres funciones básicas: dar de beber con pitillo, cepillar los dientes y alimentar con cuchara”, indicó Javier Hernández Salazar, creador del invento y estudiante de Ingeniería Mecatrónica.
“Con las tareas que realiza el autómata se podrá mejorar las condiciones de vida de pacientes con limitaciones en sus brazos o espalda”, agregó el joven.
Este robot beneficia a personas que no tengan sus miembros superiores o padezcan parálisis en estos, que posean alguna enfermedad que les dificulte el movimiento en sus brazos o manos, o aquellas que no puedan mover total o parcialmente su cuello y tronco.
El diseño se realizó con el software Solidwork. Un plástico de alto impacto fue desarrollado en una impresora 3D en un laboratorio del TecnoParque Nodo Ocaña.
El apoyo brindado por la red TecnoParque fue esencial para desarrollar su idea, ya que Norte de Santander no cuenta con impresoras en 3D para el servicio de los ciudadanos.
El brazo que hicieron los universitarios cuesta diez millones de pesos; uno hecho en Estados Unidos está alrededor de los 11 mil dólares –unos 19 millones de pesos, aproximadamente–.
Para que este robot funcione es necesario que el paciente tenga a su lado un computador con un aplicativo que lee los comandos de voz; por medio de un programa matemático realiza el procesamiento del espectro de voz, y de allí toma el comando que se le ha dado, dándole movilidad al brazo.
“El aparato es muy liviano en comparación con otros que existen en el mercado; además que su precio es asequible para cualquier persona que lo necesite. Actualmente estamos implementándole un método de control, a partir de lectura de neuroseñales, por medio de un casco que toma las áreas sensoriales del cerebro y las expresiones del rostro, junto a los pensamientos, haciendo que el robot funcione sin necesidad de hablar”, explicó Alfredo José Márquez Pérez, co inventor del androide.
Estos jóvenes hacen parte del grupo de semilleros de investigación de la Universidad de Pamplona. Ellos vieron la necesidad de enfocar sus conocimientos a la ayuda y mejoramiento de la calidad de vida de las personas discapacitadas y minimizar la labor de cuidado de los familiares a cargo de las personas discapacitadas.
El apoyo brindado por la red TecnoParque fue esencial para desarrollar su idea, ya que Norte de Santander no cuenta con impresoras en 3D para el servicio de los ciudadanos. Además brindó el apoyo en asesoría en el diseño de las piezas.
En Colombia y según reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) a 2011, las personas que no pueden usar sus brazos y manos a cabalidad, o con limitaciones, son cerca de 382 mil, un promedio de 0,93% de la población con alguna dificultad física o mental.