Freddy Alexander Zúñiga Holguín, de 23 años de edad, es un aprendiz del Centro de la Construcción que actualmente adelanta la etapa práctica. Es parte del equipo de la Entidad que lleva a cabo una labor social única, en desarrollo del proyecto de construcción de la nueva sede del SENA en el Distrito de Aguablanca, uno de los sectores más afectados por la inseguridad y la violencia en la ciudad.
El trabajo de Zuñiga –quien fue Representante de Aprendices– se enfoca en los niños de la zona vecina a la obra. "Allí había un grupito de chicos que tenía mal rumbo: no iban a estudiar, se la pasaban matando iguanas, haciendo daños, robando pequeñas cosas de la construcción y jugando fútbol", menciona el aprendiz, quien puntualiza que "aunque usted no me lo crea usaban un control remoto como pelota".
"Un día me puse a jugar con los niños y fui ganando su confianza. Después establecimos unas reglas: sólo jugaba quien se portara bien, estudiara y le hiciera caso a sus padres".
"Decidimos ayudarlos. Un día me puse a jugar con ellos y fui ganando su confianza. Después establecimos unas reglas: sólo jugaba quien se portara bien, estudiara y le hiciera caso a sus padres", complementa Freddy.
De esta manera los 15 nuevos amiguitos de Fredy Alexander, que se encuentran entre los 8 y 15 años de edad, comenzaron a cambiar su actitud. Ya no robaban y volvieron al estudio. El efecto fue tan positivo que incluso entre ellos comenzaron a ejercer control y revisar quiénes cumplían el acuerdo para que no los dejaran jugar.
UN NUEVO CAMINO
La nueva sede del SENA en el Distrito de Aguablanca se levanta en la Comuna 13 de Cali, que según las estadísticas oficiales es una de las que presenta mayores índices de inseguridad y violencia.
Por eso, como una parte sustancial del proyecto, se concibió una estrategia de intervención social que ha impactado positivamente a niños, mujeres, jóvenes y demás pobladores de las zonas vecinas al nuevo SENA, en especial de quienes viven en los barrios Villa Blanca, Pondaje y El Laguito, así como los asentamientos (invasiones), Nueva Ilusión y Villa Uribe.
"Precisamente de estos dos asentamientos provienen los niños con los cuales trabaja Freddy Alexander. Realmente su labor ha sido clave para aportar al objetivo de que la comunidad se apropie de este SENA, lo sienta suyo, lo cuide, y lo más importante, lo aproveche", señala María Teresa Riascos, líder del componente social del proyecto.
Para hacer tan valioso aporte, que cambia la vida a 15 niños del Distrito de Aguablanca, el aprendiz del SENA tuvo que hacer primero su propia rectificación. El momento crucial de ese cambio siempre lo lleva presente. Ocurrió precisamente en una Cumbre de Representantes de Aprendices en Bogotá.
La nueva sede del SENA en Aguablanca se levanta en la Comuna 13 de Cali, que según las estadísticas oficiales es una de las que presenta mayores índices de inseguridad.
"Confieso que todo eso me llevó a hacer muchas reflexiones acerca de lo que era mi vida hasta ese momento; a partir de allí pude comprender mejor cosas de mi vida familiar y entendí el por qué de mi actitud. Una vez hecho este examen decidí cambiar y como resultado estoy aquí en Aguablanca, para ayudar al proyecto y a los niños".
Además del fútbol, la relación con los niños del Distrito comprende otras actividades que de manera especial fueron concertadas con ellos, tal y como lo confirma María Teresa Riascos: "En una reunión les preguntamos cuáles eran sus sueños y nos dijeron cosas tan sencillas como ir a cine, conocer una sala de videojuegos y jugar en una cancha sintética. Allí mismo acordamos que si se portaban bien y cumplían los acuerdos, se los haríamos realidad".
Precisamente una de esas promesas se cumplió esta semana, a través de una experiencia que dejó marcado al propio Freddy. "Aunque para todos nosotros montar en bus es algo rutinario, simple y hasta incómodo, para la mayoría de estos niños resultó ser todo un acontecimiento. Vivir eso me impactó".
Los niños fueron llevados a un Centro Cultural de Cali para que conocieran los videojuegos "y al transportarnos noté la gran alegría de la mayoría… ellos nunca se habían subido a un bus".
Conocer y sentir todo esto es lo que lleva a Freddy a afirmar con seguridad que "El SENA es lo mejor que me ha pasado en la vida".