Cerca de 80 habitantes del barrio Jardín de la Fachada –en esta población– reciben formación complementaria en diferentes áreas laborales con el fin de mejorar sus perfiles ocupacionales y aumentar sus posibilidades de empleabilidad.

A través del Programa de Atención a Población Víctima, el Centro para el Desarrollo Tecnológico de la Construcción y la Industria, de la Regional Quindío del SENA, ha dispuesto instructores de confección, construcción y bisutería.

“Trasladamos nuestros instructores para que además de impartir competencias, promuevan el emprendimiento y la generación de unidades productivas”, indicó Olga Quintero Ocampo, subdirectora del centro de formación. 

Luz Marín Mantilla, llegó al Quindío hace 11 años víctima de la violencia; esta mujer emprendedora y pujante sueña con tener su propia unidad productiva de negocios enfocada a su pasión: la confección.

Proveniente de Cali (Valle), reconoce su talento para confeccionar prendas con tejido de punto: “Me dedico a este arte porque encontré gusto por la costura, además me ha permitido contribuir al hogar y a su vez desempeñar mis labores en el hogar, ya que desarrollo mis tareas desde mi casa”.

Ella es aprendiz del curso complementario Básico de Confección, donde ha adquirido técnicas que le sirven para mejorar la calidad de sus prendas. Asimismo se forma en Emprendimiento.

Liliana Quintero Valencia, es instructora del Centro para el Desarrollo Tecnológico de la Construcción y la Industria, y orienta la formación en Pintura y Estucos.

“El SENA aportó los materiales de formación y se mejoraron cuatro viviendas, donde ellos pusieron en práctica sus competencias”, explicó.

Además de las áreas señaladas, los aprendices han sido formados en Ética Profesional, Máquina Plana, Manipulación de Alimentos y Cocina Básica, entre otros; campos en los que podrán incursionar para la sostenibilidad económica de sus familias.

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