Cerca de 19.500 proyectos productivos autosostenibles generados y 2,1 millones de colombianos formados en los sectores agrícola, pecuario, agroindustrial, forestal, turismo, automotor, manufactura, ambiental, cultura y construcción, son los resultados de diez años de funcionamiento del programa Jóvenes Rurales Emprendedores (JRE) del SENA.
Orientado a vincular personas y comunidades de zonas rurales del país, el programa tiene presencia en 33 regionales y 98 centros de formación. Su objetivo es promover emprendimientos para jóvenes del campo –entre los 16 y 35 años de edad– pertenecientes a los niveles 1, 2 y 3 del Sisbén y poblaciones vulnerables sin límite de edad, a través de la gestión de unidades productivas que mitiguen la migración del campo a la ciudad.
“El programa se enfoca a capacitar y a generar empleo, con la creación de unidades productivas donde hay mucha demanda de la especialidad; por ejemplo, en las veredas del municipio de Rovira (Tolima), para contar con los servicios de un electricista se debía recorrer entre una y dos horas, pero ahora tenemos gente calificada en esa área y con su propia empresa; se cuenta con tres talleres de electricidad en baja tensión domiciliaria y cada equipo de trabajo está conformado por 15 personas formadas por el SENA”, afirmó Rodrigo Morales Ramírez, instructor de JRE en la región
Orientado a vincular personas y comunidades de zonas rurales del país, el programa tiene presencia en 33 regionales y 98 centros de formación.
Por ello, a este programa se le considera un modelo en el fortalecimiento y acompañamiento empresarial rural, dado que sus estrategias generan agronegocios que contribuyen a la productividad y competitividad del campo colombiano.
“La comunidad de las veredas circunvecinas de Rovira están muy satisfechas de estas acciones de formación, ya que –a través de los programas de JRE– también van a poder hacer las acometidas en sus viviendas”, dijo Edwin Hoyos, supervisor de formación complementaria del Centro de Industria y de la Construcción, de la Regional Tolima.
Por su parte, Daniela Alexandra Barrios, aprendiz certificada, afirmó que “para nosotros fue muy importante, primero porque aprendimos algo nuevo; segundo, porque nos enseñaron lo fundamental que son los valores de cada uno y de cada familia; y tercero, porque pudimos energizar nuestras casas y las de otras personas”.
JRE contribuye con el relevo generacional y el incremento de la calidad de vida de esta población.