Treinta y tres aprendices del programa Tecnología en Gestión de Bibliotecas, amantes de los libros y promotores de la lectura, diseñaron y escribieron una cartilla en la que plasman recomendaciones para el buen uso de material bibliográfico, la manera de protegerlo y curar las heridas producidas por hongos, roedores, insectos y condiciones de almacenamiento –como la luz y la humedad–.

La idea es que la cartilla esté a disposición en todos los lugares donde los aprendices laboran, ya que todos ellos hacen parte de las bibliotes públicas del Eje Cafetero y aspiran –además– vincular la iniciativa a la Mesa Sectorial correspondiente como material de apoyo para certificación de competencias laborales.

Juan Carlos Acevedo, uno de los autores, manifestó que “expertos e investigadores han realizado trabajos teóricos y prácticos que permiten minimizar el deterioro de los libros; con la cartilla damos a conocer algunos de esos puntos para proteger las colecciones y salvaguardarlas”.

Entre las recomendaciones de la guía se invitaa no usar sustancias líquidas en los libros, ya que su utilización puede dañar los pigmentos de textos e ilustraciones, el papel y las encuadernaciones.

“Tampoco, al retirar un libro de un estante o una biblioteca, se debe arrastrar, ya que éste se debilitará hasta romperse”, afirma Acevedo, a lo que añade: “Si se encuentra moho en los libros, nunca se han de envolver en plásticos ni secar mediante calor, puesto que en pocas horas se desarrollarán colonias de hongos y bacterias que causarán mayores daños físicos”.

Para la instructora Juliana Flórez, es importante tomar conciencia sobre el cuidado de los libros, ya que “son tesoros y los mejores consejeros que contienen información valiosa para la humanidad”.

La cartilla se convierte en una herramienta fundamental para docentes, bibliotecarios y demás agentes educativos.​